jueves, 30 de abril de 2015

¿Brinell, Vickers o Rockwell?

He descubierto un material más duro que el Tungsteno, o Wolframio para los entendidos. Se encuentra periódicamente en el yacimiento del interior de las escobillas del Roomba que deambula en casa. Miles de esbeltos, lisos y largos filamentos color castaño oscuro, salen despedidos empujados por una monstruosa ráfaga de aire abrasador. Seguidamente pasan a un estado de letargo sobre una gélida superficie. Este impacto severo temperatura le da el temple necesario para soportar el último proceso. Esas fibras esparcidas en el inmenso páramo helado, se reclutan y alean friccionando entre si bajo el impulso de una fuerza centrifuga constante.

El resultado un enredo de narices, y la consecuencia un mosqueo de pelotas.

sábado, 25 de abril de 2015

El fin, la leyenda del dragón y la rosa

Todo empezó en el último periodo de mi pasada era, antes de empezar el largo sueño. Escuché decir a mis hermanos que desde el norte, hordas de seres inmundos recorrían los valles buscando el clima cálido de las tierras sureñas. A su paso, la devastación se consolidaba, aniquilaban todo aquello que se cruzara, retrasara o impidiera la marcha de su camino. No mostraban el mínimo respeto, destruían con furia el entorno que tantos años había mantenido intacto mi Madre tierra. Unas criaturas despreciables movidas por el impulso egoísta de la supervivencia, que se adueñaban de todo aquello necesario para seguir sembrando el caos. Su fuerza nacía en el número ya que se movían en manadas de miles. Individualmente eran inofensivos y al parecer estas jóvenes vidas impuras lo sabían; jamás deambulaban solos, nunca se desplazaban en grupos reducidos y era imposible cogerlos desprevenidos. Al menor exclamo de alerta, acudían bravos cientos de ellos dispuestos al ataque sin mediar pregunta. Mis hermanos dominantes de las regiones del norte me advirtieron y yo fui incapaz de concebir una imagen en mis pensamientos que hiciera referencia a todo este horror que me describían. -Todavía no han llegado a tierras bajas.- Me decían. -Tardarás en verlos, pero cuando lo hagas nosotros ya no existiremos, nos habrán invadido y exterminado.- A mi esas palabras me apagaron por un instante el fuego latente de mi interior. Imaginar un mundo conquistado por estos engendros, arrasando con a todos y cada uno de nosotros conseguía perturbar mi más tranquilo vuelo.

Entonces no daba crédito a estas historias. -Siempre con los mismos cuentos.- Pensaba. -Me meten el miedo en el cuerpo y luego resulta que no es para tanto. Además, ¿quién osaría adueñarse de nuestras almas? Somos la grandeza convertida en vida. Ningún espécimen se atrevería siquiera a plantarnos cara.- Y así abracé mi largo periodo de reposo en la inmensidad interior de la montaña; con la firme convicción de que aquello no era más que otro de los miedos que surgen a lo largo de la historia y que resulta solventarse por si solo.

Desperté y a su vez otra era recién empezó. Mi montaña era inmensa, un laberinto de galerías a distintos niveles que hacían de esa roca mi hogar. No hizo falta apenas hurgar en la profundidad de la tierra para encontrar el más preciado de los minerales, el oro. Abundante, limpio, reluciente... todo cuanto quería, allí lo tenía. Después de tan solemne letargo siempre despierto deseoso de contemplar el sol; quizás es lo que más añoro en mis sueños. Entre una mezcla de pereza y nerviosismo por salir a ver el cielo, me asomé por la cara oeste. Tuve que fijarme detenidamente ya que el shock fue tal, que altero todos mis sentidos. -¡No puede ser!- El generoso y fresco verde que inundaba el valle había desaparecido dejando al descubierto un suelo que jamás había visto. Un suelo árido, seco, yermo y baldío. Aquello no era lo que debían ver mis ojos. -¿¡Qué ha sucedido!?- Y atravesó mi corazón de una incisiva punzada. -Mis hermanos llevaban razón.- Abrí mis alas aletargadas a causa de mi longevo reposo y emprendí el vuelo. Subí a lo alto de las nubes hasta donde se empieza a ver la curvatura del planeta y observé lo que antes era mi territorio. Vi que unos pequeños seres eran los causantes de ese paisaje desolador. Habían reducido la vida de toda la zona a un polvo inerte. -¿¡Que tipo de criatura es tan cruel!?- Pensé todavía sin saber la magnitud de la catástrofe. Me fijé que transformaban la piedra para construir estructuras a su antojo, violando así el equilibrio de toda la naturaleza. Las peores predicciones se estaban cumpliendo tal y como se me mencionó. La rabia me invadió desde las garras a los cuernos e hice un descenso a toda velocidad. Saqué el máximo rendimiento a las fluctuaciones del aire, sabiendo que en esa época eran idóneas, y deslice mis alas rozando a todos esos aniquiladores desalmados. Parecía que me esperaban; al verme caer de las alturas un tremebundo sonido avisó de mi presencia, al instante docenas de esos engendros blandengues me atacaron con trozos de árboles muertos bien afilados que logré sortear. Fue un ataque sin mediar pregunta, como me habían avisado; entonces caí en la cuenta y recordé esas palabras: -Tardarás en verlos, pero cuando lo hagas nosotros ya no existiremos, nos habrán invadido y exterminado.- Volví a alzar el vuelo y a prisa surqué las nubes en busca de mi hermano más cercano. Cada trozo de tierra sobrevolada era más desalentadora que la anterior. Cada vez me hacía más a la idea de que esta vez sí, nuestro fin había llegado. Solo guardaba la esperanza de que mis hermanos hubieran resistido. Aceleré todo lo que pude. Al instante noté que el viento, que acariciaba mi cara y empujaba mis alas, era desconocido para mi. Una atmósfera pútrida desplazaba el aire fresco más allá del cielo. -También se han adueñado de los cielos.- Abajo el paisaje era ruinoso; un páramo inhabitable sin recursos para la existencia ocupaba el lugar de un prado fértil y próspero. Rodeé el lugar y detrás de una colina allí permanecía. Mi querido hermano a punto de expirar inmerso en el más profundo de los dolores, agonizando para sortear a la muerte un aliento más. -Querido hermano, ¿que ha pasado? -Son hombres, todos hemos caído bajo su mano. -¿!Hombres!? - Sí, se han proclamado los nuevos amos de la tierra. -¿Cómo? -No son como nosotros querido hermano, la destrucción iza sus banderas y no muestran el mínimo respeto hacia nuestra Madre, solo les interesa su propia existencia a cualquier precio.- Pero hermano,  ¿cómo es posible que te hayan hecho esto? -No menosprecies al hombre su tamaño insignificante se vuelve inmenso dentro de sus pensamientos, encontrarán el modo de atravesar el punto más débil de su contrincante y no dudarán en presentarle la muerte. -No, no... ¡Imposible! Nosotros pertenecemos a este mundo desde hace miles de años, somos las criaturas que imparten el equilibrio del sistema, ¡sin nosotros todo acabará! -Hermano mío... ya ha acabado.- Antes de morir en mis brazos consiguió arrebatar centenares de vidas en lo que fue una batalla a sangre y fuego, aun así, la multitud de esos seres autoproclamados "humanos" venció al poder más puro que el planeta había visto. Alcé el cuello y el fuego más ardiente generado en mis entrañas atravesó los colmillos y se elevó hasta el mismísimo astro observador del fin de nuestra era. -¡Vengaré a mis hermanos, aunque me lleve la muerte de su mano!-

Volé de regreso hacia el último trozo de mundo que todavía era digno de ser, y mientras recorría el camino analicé al hombre desde las alturas. Lo primero que noté era que su tiempo en el espacio era totalmente distinto al nuestro; la velocidad con que se movían hacía que los amaneceres pasarán inadvertidos ante ellos. Formaban grupos en zonas que denominaban pueblos y allí vivían. Se dividían por géneros, hombres y mujeres; necesitaban la unión de ambos para poseer descendencia. Mi hermano no se equivocaba al decir que -la destrucción iza su bandera- ya que pude contemplar el odio mostrado entre semejantes. No se amoldaban al lugar, sino que transformaban de manera violenta y sin contemplar consecuencias el territorio donde decidían estar. -No merecen la bondad de la existencia.- Me repetía.

Llegué a mi desolador hogar y coroné observador la cima de mi montaña. Pasé largas jornadas atento a los movimientos y hábitos de los hombres. Su actitud me parecía despreciable. No entendía como mi propia Madre, la Madre de toda vida en la tierra, les podía haber creado. Estaban matando a su propio creador. -¿Por qué Madre? Has creado una vida causante de tu propia extinción, ¿¡por qué!?- De pronto uno de esos hombres abandonó solitario el pueblo tomando rumbo dirección a mi morada. -¿¡Cómo osan acercarse a mi!?- Sin dudarlo y a modo de aviso, descendí a ras de suelo la colina hasta dar caza a mi atrevido invasor. Un solo golpe de garra bastó para partirlo en dos. Una vez yacido en el suelo, devoré esa carne blanda rebosante de hueso. Emprendí el vuelo y me posicioné de nuevo en lo más alto de la cumbre. Pensé que mi actuación serviría de advertencia a nuevas intimidaciones, pero no fue así. Al poco de mi primer contacto directo con la "humanidad", se volvió a repetir el insulto. -Otro hombre buscando poner a prueba mi paciencia.- Esta vez lancé mi más potente fuego abrasador contra él y no quedaron ni las cenizas. Las faltas de respeto no cesaban. Una vez más mi hermano tenía razón; -No respetan nada.- Dijo y ahí se demostraba. Todos y cada uno de los que se aventuraban a cruzar el bosque y acercarse a la montaña eran sucumbidos por mi poder, hasta que no pude más. No toleraba esa actitud desafiante reiterada y fui a por el pueblo entero. Como en mi primer acercamiento, un terrible sonido avisó de mi presencia. Esta vez me recibieron con un ataque mucho más violento que la vez anterior. Calciné, devoré, destripe a todo ser viviente pero el éxito no fue culminado, lograron herirme deteniendo así mi venganza. Me retiré y adentré en la montaña a la espera de que la caricia del sublime oro calmara mis heridas abiertas y ayudara a recuperarme para terminar de infligir el merecido castigo. No pasó mucho tiempo, apenas empezaba a sanarme cuando mi instinto dio alerta. Salí cauteloso por la cara este sabiendo que así no podrían observar mis pasos y volé justo detrás de un girón de nube. Esta vez no era igual a otras. Al pie de la montaña me esperaba una mujer y mi asombro fue que era portadora de mi más preciado tesoro. El color incandescente del sol llenaba su cuello, sus manos y su cabeza. La prueba definitiva de que estas criaturas no merecen compartir esta tierra con el resto de vida. -Han profanado hasta limites indescriptibles a nuestra Madre y regodean de ello.- La furia nubló mis pensamientos y no vi venir la respuesta a mi ataque. Al descender en busca de esa arrogante mujer, asaltó mi trayecto un hombre detrás de una coraza metálica que con gran destreza logró alcanzarme en una de mis heridas...

-El filo de tu cortante instrumento me ha sorprendido al adentrarse en mi por un diminuto hueco creado por una escama deteriorada. Esa certera punzada ha llegado al corazón y he caído frente a ti. Ahora que me inclino ante el hombre, comprendo que no ha sido él quien ha destruido todo lo que conocía, el causante de esta destrucción es el odio que guardamos dentro. El mismo odio que me ha hecho descender la montaña y ha cegado mi entender causando mi inevitable fin, es el odio que mueve al hombre en su camino hacia la devastación. Que mi alma guarde por siempre el odio del hombre y el perdón surja cual rosal en este inhóspito paraje.-

miércoles, 22 de abril de 2015

Paciente cero

-¡Veintisiete ce!

-Sí, soy yo.

-Pase por favor.

-Gracias... Buenas tardes.

-Buenas tardes, siéntese. Usted dirá.

-Mire doctor, llevo unos cuantos días que pierdo el apetito. La cuestión es que mientras voy comiendo, y piense que lo hago con una gana voraz, pierdo el hambre.

-¡Siguiente por favor!

sábado, 18 de abril de 2015

Ve hacia la luz

1. Acabaste toda una vida de sufrido dolor y llegó tu merecida muerte. Tuviste la oportunidad de escoger, al fin, el descanso de toda esa agonía pero no, demasiado tarde. Hasta te ofrecieron la paz y la negaste. Interminables años sedientos de dolor te han abierto una brecha incurable a la cual te has acostumbrado; incluso afirmas que sin notar los sentimientos más crudos en lo profundo de tu estomago, no podías vivir. Buscabas a cada momento el aliciente necesario para convertir un amanecer prospero en tu apocalipsis personal, y no dudabas sumergir en esas sensaciones viscerales a cualquiera que se dignase a invadir tu senda. Ahora ya muerto, anhelas el calvario de tus días por un camino ruinoso, y no quieres desprenderte de ello jamás. Decides quedarte en el purgatorio donde los demonios te impartirán sabiduría y cederán su poder como premio al horror soportado durante todo este recorrido. Sí, parece el pacto idóneo para ti, un pacto entre semejantes, un pacto que ambos acariciaréis. -Anduve sembrando el caos en un mundo donde no era comprendido. ¡Merezco una recompensa! Entrégame a las tinieblas y conviérteme en un miembro digno de tus filas. Ayúdame a cobrar en sangre el pago y transformaré en impuras las almas que posea, entregándote todas y cada una de ellas.-

La maldad se acumula al paso de las décadas. Las paredes que te rodean no son más que el vacío absoluto y deambulas bajo la apariencia de un espectro dispuesto a compartir aquello que más conoces y aprecias, la angustia. Repartir un trozo de este sentimiento a todos aquellos que osen acercarse a ti, es el único deseo que hace mantenerte en un estado latente de energía malévola.

En la ténebre oscuridad permaneces en un estado de alerta constante, esperando a que alguien produzca esa llamada invocando tu presencia. La vulnerabilidad de todos nosotros nace en el desconocimiento de tu existencia, lo sabes bien, y no dudas en jugar con nuestras mentes confusas cual maestro de marionetas dispuesto a entretener a un público compuesto de sangre, fuego y azufre. La cautela no nos previene de ti, te menospreciamos, y es para ti insoportable. Cuando ocurra, convertirás los días de tu elegido en un infierno y sabedor de que nadie entenderá nada de lo que le está pasando, lo condenarás a vivir en solitario invitándole a abrazar en cada momento la tan deseada muerte. Un pensamiento, una sensación que abra la puerta de su alma y te colaras sin hacer el menor ruido; una vez dentro, bien instalado, desatarás con cólera el poder que tus maestros demoníacos te han otorgado y acabarás con el huésped sumido en la pena que consumirá su espíritu. -Suplicarás morir y tus rezos serán vetados.-

2. Esos ruidos que perturban la noche y te sobresaltan convirtiendo tu plácido sueño en una pesadilla no son reales más que en tu mente. Todo empezó aquel día, cuando te sentiste abandonada al amparo del destino. La realidad de la mayoría es ajena a la tuya, no vais por caminos paralelos; cada vez lo asumes con más certeza. Te ha tocado recorrer, a partir de aquí, sola el camino y nunca te cruzarás con nada común para el resto. Las largas horas encerrada en casa esperando a que esa sensación desaparezca, convierten tu trayecto en un martirio existencial. No puedes hacer nada, la sociedad te ha dado la espalda, estás a la merced de aquello que te atormenta y la mera aceptación de esta realidad incrementa la fuerza de la oscuridad que te envuelve cada vez más. Ya no son esas pesadillas que ansiosa intentas dar explicación, no puedes negar la realidad, las pruebas son evidentes; aquello que resuena en lo más profundo de tu cabeza no forma parte de ti, es ajeno, y no debería estar esculpiendo tus pensamientos. La hora de aceptar que no es producto de tu imaginación ha llegado. Estas sola, te sientes sola, desamparada. Sabes que si te entregas, no podrás dar marcha atrás y acabará por absorberte definitivamente. Tu consciencia pasará a un segundo plano quedando ocupada por el ente y solo contemplarás el dolor recibido hacia tu cuerpo abandonado a su merced. No puedes más, no lo soportas, quieres arrancarlo... la rendición es la única salida. La lucha ha sido exhausta y ha acabado con toda fuerza, debes admitirlo... te ha vencido.

-Lo que me brindas es claro, todo puede acabar si acepto lo que se me ofrece. Un cambio lúcido y consecuente, firmado con mi propia sangre, mi alma por el descanso eterno. Acepto.- Te dejas ir y sabes que ya no depende de ti. Pero el trato con el mal no ha sido el esperado, ahora le perteneces. Tus carnes hoy vacías, exentas de vida, han sido ocupadas por la codicia perversa y sádica. No te dejará escapar, estás atada a él y las cadenas que os mantienen unidos están forjadas en el mismísimo infierno. Permanecerás inmersa en el tormento impuesto hasta que decida acabar con el último aliento de tu deteriorado cuerpo. Sabe como alargar el suplicio sin dejar que el fin llegue; han sido demasiadas décadas impartiendo la amarga angustia. No conoce más que unos sentimientos tan crudos que hasta no verlos, eres incapaz de imaginar. Él te los enseñará permaneciendo en la máxima crueldad. Es su alimento, la maldad por la maldad. Cuando llegue a secar la última gota de tu escasa energía vital, volverá al letargo, donde cada segundo incrementará su deseo devorador de almas con el afán de entregar el dolor eterno. Nada puede acabar con él. Su poder se instala en cada uno de nosotros, es la condena impuesta por abrazar el odio de la humanidad.

3. -La trajeron al hospital psiquiátrico cuando ya no se podía hacer nada con ella. Los supuestos exorcismos acabaron de aislarla de la realidad. En mi opinión esos presuntos curanderos de Dios, le dieron la excusa necesaria para desarrollar esa doble personalidad y se aferró a ella dejando este mundo, el mundo que usted y yo conocemos, el que envuelve esta sala, para alejarse al lado más oscuro de su mente que con la ayuda sagrada había creado. -¿Qué le comentó sobre el asesinato, en los momentos donde usted afirma que se encontraba lúcida? -Me contó que escuchaba esas voces mientras sostenía en su mano el cuchillo causante del destripamiento. No paraba de decir que le obligaron ha hacerlo, que era incapaz de negarse a la sed de sangre. -¿Sed de sangre? -Así lo mencionó ella. Según me dijeron posteriormente los sacerdotes, el demonio que le había poseído y manejaba su voluntad, necesitaba del derramamiento de sangre para crear el poder necesario para seguir existiendo. -Interesante... ¿Cómo se comportó al empeorar? -Empezó a desarrollar actos suicidas que evocaban siempre a la automutilación con tendencias autoantoprófagas. Se desgarró la mano izquierda y tuvimos que amputar. La encontramos arrancándose trozos de su pierna con los dientes y parecía disfrutar al tragar pedazos de su propia carne. Se golpeaba la cara en las paredes y parecía no notar dolor físico... en fin, barbaridades. Bebía su propia orina de manera obsesa. Hablaba idiomas pasados, de manera erudita mientras su cuerpo se contorsionaba entre sufridos espasmos... -¿Cómo explica eso? Lo de que era capaz de dialogar en lenguas que nunca tuvo oportunidad de aprender. -Bueno quizás los curas, al recitar alguna de sus oraciones... no sé, supongo que ella interiorizó esos rezos y lo reflejaría entonces. -Continúe por favor. -Practicaba dolorosas obscenidades sexuales constantemente. La violencia se convirtió en su forma de expresión. Lo poco de humano que le quedaba dentro, solo se podía observar pocos segundos después de desmayarse. -¿Cuándo decidieron sedarla? -Cuando una noche se desató y casi le arranca el brazo a mordiscos a la enfermera que le cuidaba. No mostraba el más mínimo sentimiento de afecto; esa enfermera, la lavaba, le daba de comer, ¡estaba con ella todo el tiempo!... se le abalanzó, y... bueno... no tuvimos más remedio que aislarla, por su seguridad y la nuestra claro. La manteníamos sedada todo lo que podíamos. Su negación a comer no dejaba opción y el suero no le surgía efecto. El cuerpo no lo soportó más, se consumió y murió de inanición... Dios sufrió hasta su último aliento la pobre. -¿Qué diagnosis daría usted que ha sido su doctor estos seis últimos meses? -Nunca antes había visto este nivel de esquizofrenia... de paranoia... de trastorno... de demencia... sí, se podría decir que estaba clínicamente demente.-

jueves, 16 de abril de 2015

Falsete

Ultimamente hay como una moda, extendida sobre los grupos modernillos, de cantar en falsete. Si quieres un ejemplo escucha la voz del odioso Adam Levine en la canción Animals de Maroon 5.

¿Qué pensará el pequeño ruiseñor de todo esto?

-Sí qué pasa... ¿¡a ti no te cae mal nadie, o qué!?-

martes, 14 de abril de 2015

Aprendizaje

A lo largo de la vida me he encontrado con personas que cuando se les presenta la opción de aprender, de adquirir un nuevo conocimiento, se giran de espalda e ignoran por completo ese aporte de sabiduría gratuita. Al principio cuando esto pasaba delante de mi, no lograba entenderlo. -Joder, tiene la oportunidad de saber como se hace y pasa totalmente de ello. El saber... ¿quien puede negarse a él?- Pues sí. Hay gente que ya tiene bastante con lo que sabe, no quieren más, catalogan de difícil la más sencilla de las sabidurías y cuelgan la etiqueta de problema al conllevar una responsabilidad explícita relacionada al entendimiento.

Negarse al entendimiento, la más grande de las pobrezas humanas.

sábado, 11 de abril de 2015

Gurús del fitness, descanso


Cuando inicio un nuevo recorrido, me hago siempre la misma pregunta: -¿Hasta dónde llegaré?- El miedo a que el fervor de la arrancada de pie a un terrible y prematuro final, me produce pánico. Sí habéis leído bien, el mismo miedo al fracaso me produce pánico; aunque sea un poco redundante. Ya me ha pasado otras veces, una de las más destacables la explico en la entrada "Falsas apariencias" y como en aquella vez pienso que puede volver a pasar.

El mundo del fitness y más concreto en el culturismo, a mi modo de ver es distinto, no valen las medias tintas. O estás, o no estás. Para entenderlo vamos a clasificar en dos grandes grupos la gente que acude al gimnasio. En el primer saco meteremos casi al ochenta por ciento de las personas que ves en la sala de pesas, podríamos decir que son las que "no están". Son aquellas que acuden como un hobbie evocado a la caducidad, por una obligación personal, cuando tienen un rato y quieren desconectar de su aburrida rutina o porque simplemente necesitan moverse y les gusta. Siguen el plan de ejercicio que el monitor les dicta sin ningún tipo de criterio personal. Muchos de estos no saben ni que grupo muscular hacen al realizar un ejercicio y los ves como patos mareados a la hora de interactuar con las pesas. Por otro lado ojeas a otros que ya llevan cierto tiempo y se esmeran un poco más. No son grandes deportistas, pero a base de asistir cotidianamente han adquirido cierto tono muscular nada despreciable. A continuación de esta "normalidad" pero todavía sin saltar al otro lado del margen, encontramos al típico hombre que cumpliendo ya pasados diez lustros de existencia, se empeña en restarle a este un cuarto de siglo añadiendo todos los discos de veinte habidos y por haber. De todos los seres que pasan por el suelo acolchado del gimnasio son estos los que me producen más histeria. No realizan ninguna rutina, van a salto de mata. Si estás haciendo, pongamos sentadillas, cuando acabas vienen y dicen: -¿Has acabado? -Sí. -Vale, no desmontes la barra.- Empezará la serie con el peso con que tu has terminado y sin calentar, como para demostrar que él puede más; a lo mejor viene de hacer cuatro levantamientos de jalón tras nuca con todo el peso de la máquina, ¡que más da! Por supuesto no logrará llegar ni a seis repeticiones y ninguna de ellas completa. Tampoco dudará en avisar a un par de chavales despistados de la situación a que le echen una mano, porqué después de la primera serie, claro está, irá incrementando el peso convirtiéndose en un ejercicio extra para estos dos "ayudantes". La indumentaria con que merodean es reveladora. -¡Es la misma ropa de cuando tenían veinticinco años! Se han aferrado a esa época y van con todo, no dejan nada por supuesto.- En algún caso extremo, al pasar por el lado de uno de estos cromañones, incluso podrás oler el bar de la esquina impregnado en su piel. -¿¡Qué pasa!? Ellos pueden con todo.- A la par de estos "hombres", con todas y cada una de las sílabas, van las mujeres. Cincuentonas con los pechos operados que se relacionan con todo el mundo. Van allí a entablar amistad o lo que surja, sin apenas tocar más de diez segundos una pesa. Sí, sí, no exagero. Corretean por la sala haciéndose notar con indumentarias impropias aunque sean incomodas para practicar deporte. No sudan, lo sabrías al instante porqué el rímel que mece sus ojos, caería por su estirada cara cual chorretón de grasa en el flamante inoxidable de una freidora de hamburguesería. Eso no les quita de que tengan, a criterio de algunos/as, un cuerpo envidiable.

Fuera del ochenta por ciento de esta peculiar fauna, encontramos el veinte por ciento restante. Los mesías, los dioses del Olimpo, los elegidos y señalados por una mano anabólica, en definitiva los que "están". Son aquellos que van más allá. Veneran al músculo como a una figura sagrada, se entregan por completo a él y desprecian todo aquello que no tenga relación. Viven por y para rendir culto a un cuerpo que han fabricado a su antojo; el "yo me he hecho a mi mismo" en su máxima expresión. Vigorexia ahora lo llaman, fanatismo diría yo. No hay nada de malo en la palabra "fanático", me parece muy bien las personas que anteponen su físico por encima de todo, en cierto modo es lo que todos hacemos, aquí la crítica va por otro lado. Para ellos el resto somos un incordio, molestamos, profanamos su templo con nuestra presencia. Si no piensas como ellos te menospreciaran; y aunque tus ideas pueden llegar a encontrarse en algunos aspectos, fisicamente no eres uno de ellos. -El lugar les pertenece, ¿no ves que es el tío más fuerte en kilómetros a la redonda?- Detrás de estos iconos viene un séquito de seguidores que aspiran a ser como ese semi-dios hercúleo poseedor de la única respuesta a: -¿Cómo ponerme como tú?- Ellos son los apóstoles que tendrán la oportunidad de saber la gran verdad de ese cuerpo. -Los lametazos en el trasero a tu profeta, han dado resultado.-

Al principio cuando no te enteras de lo que pasa, piensas que algún día te pondrás como ese Hulk bronceado, pero a medida que profundizas ves que no es la base de atún y arroz lo que hace tener unos hombros del tamaño de cabezas, sino que interviene un jeringazo. Ahora empiezas a entender porqué no se duchan al acabar el entrenamiento, descubres que es ese acné manchando su abrumadora espalda y te das cuenta de que la facilidad con que pasan de un aspecto deshinchado y flácido a un volumen descomunal en apenas semanas, no es normal.

-Los ciclos anabólicos aumentan la masa muscular, incrementan la lipólisis, mejoran la síntesis proteica, estimulan la creación de glóbulos rojos, mejoran la capacidad contráctil del músculo, disparan los niveles de fosfocreatina productora de energía. Pero también proliferan las glandulas sebáceas causando el acné, distribuyen vello masculino en zonas no deseadas mientras determina genéticamente la aparición de la calvicie, reducen la secreción de hormonas gonadotróficas causando atrofia testicular, obliga al organismo a catabolizar toda esa testosterona extra y la convierte en estrógeno despertando así receptores femeninos que no deberían activarse en un hombre, llegando incluso a crear ginecomastia. Todo esto sin mencionar el desequilibrio producido en órganos como el hígado, riñones, corazón, medula ósea...-

Como en todo hay contraindicaciones. Jamás conseguirás parecerte a ellos si no te chutas, así de claro. Ojo, que el rigor debe ser constante y no varía aunque te dopes. No estoy diciendo que con pincharse baste, debes seguir un plan de entrenamiento y una dieta acorde con los resultados que quieras ver. Lo que digo es que estos tóxicos Gurús, que no dudan en dar lecciones en el gimnasio, blogs, posts y videos del YouTube, no explican toda la verdad. -Yo abandero la misma disciplina que tú, pero estamos en ligas diferentes, no ocultes la realidad, no la niegues.-

Y por fin todo se esclarece, no hace falta seguir compitiendo, aquí no barajamos las mismas cartas, ahora lo entiendo y puedo tomar mis logros como lo que son y no como metas que siempre quedan eclipsadas por gestas más "importantes". El merecido descanso de estar siempre alerta ha llegado, y aunque mi forma de ser hace seguir superándome con un ánimo frenético, el desprendimiento de ese lastre hará que levante una dominada más.

miércoles, 8 de abril de 2015

Óptica

¿Sabes esas gafas graduadas de forma predefinida que venden en farmacias, centros comerciales, hipermercados e incluso en gasolineras? En un principio existieron para cubrir una necesidad muy básica. Si por algún motivo pierdes o rompes tus gafas habituales y te encuentras en una situación donde las precisas especialmente, estos binóculos tallados bajo un patrón estándar te servía para salir del paso. Sí, es una idea brillante a la par que necesaria. Ahora bien, ¿cuando hemos pasado de comprar esas lentes por motivos catastróficos e inesperados, a adquirirlas por el bienestar de nuestra vista? ¿Será aquello de que "la solución provisional se convierte en definitiva" nos ha calado tan hondo que es imposible secar?

sábado, 4 de abril de 2015

Gurús del fitness, entrenamiento II


Como algunos sabréis, cuando me da por algo mi entrega es absoluta. -¡Ahí está el loco con su tema!- Buscaba información en cualquier lugar, no soportaba ver algo en la sala de entrenamiento que no controlara o que desconociera, y en poco tiempo me empapé de la cultura fisicoculturista. Técnicas, entrenamientos, suplementación deportiva, sustancias donantes... todo lo que encontraba sobre el tema lo aprendía y a la vez comparaba con otros de mis recientes conocimientos; así formaba una opinión propia que después pondría en práctica con mi cuerpo.

En aquellos entonces mi aspecto rondaba el de una calavera andante, no porque quisiera, sino porqué no era consciente de lo que estaba haciendo. Con un metro setenta y cinco centímetros, y unos cincuenta y cinco kilos de hueso, piel y orejas, puedes llegar a hacerte una idea de como era mi complexión física; la de un maratoniano de Kenia, pero en blanco leche desnatada casi translúcido, por ejemplo. Claro con este cuerpo que había construido a base de una dieta hipocalórica constante y un entreno exhaustivo que jamás saltaba, no tiraba un capullo de peso. -Más débil que una mina Faber-Castell de cero cinco.- Ahora bien, la técnica... impecable. Nadie podía discutirme la ejecución de los distintos ejercicios. Si me preguntaban alguna cosa relacionada con el mundo de las pesas, mis contestaciones eran de manual y con el punto ornamentístico que me caracteriza, dejaba a mi dubitativo compañero en un trance de fascinación. Pero como os podéis imaginar, en un habitáculo saturado de testosterona manda el instinto animal, la bestia que llevamos dentro, así que yo me encontraba en la cola de la cadena alimenticia.

-¿Has visto al chaval ese? -El tío se mata y no crece una mierda. -Entrena bien, pero le falla la dieta. -¿Con ese cuerpo, que pretende? -Mejor que se vaya a comer una hamburguesa. -¡Si ese peso lo levanta mi hermana! -¿¡Cuantas abdominales hace el colgao!? -Un día de estos se parte en dos.- Frases del estilo debía tragar y digerir haciéndome el sueco, cuando seres de músculo congestionado susurraban entre ellos.

No puedes luchar por el liderazgo hasta que no implantas doctrina a tus súbditos. Todos los machotes quieren enseñarte y aunque tengas la técnica más depurada del mundo, encuentran en algún rango del movimiento, algo que no haces correctamente. Todo esto, claro está, a sus ojos de pupilas dilatadas causadas por algún pre-entreno de dudosa legalidad. -Perdona, ¿dejas que te diga algo? -Sí, sí, dime. -Cuando haces esto intenta llevar el hombro hacía delante. Así concentrarás más la parte posterior que es la que interesa. -A vale, gracias, intentaré hacerlo.- Hay veces que el susodicho se queda ahí viendo como ejecutas lo que él piensa que es correcto. Como si fuera un examen final de carrera, debes realizarlo como el profesor dice sino la recuperación lastrará tus días, y lo más jodido es que todos los minutos que pases en el gimnasio serán septiembre. Estos Gurús, de poca monta poseedores de la única verdad, están en todos los gimnasios del mundo al acecho de cualquier chavalín perdido, o no. Si hay algún novato realizando un ejercicio realmente mal, lo que debería hacerse, solo si es muy critica la situación y se ve que peligra su integridad física, es avisar al monitor de la sala para que él juzgue si es necesario decirle algo. ¿Para eso está, no? No hay que ir de falsa alma caritativa en busca de la saturación del ego personal.

Seguía sin crecer. Sí, me estaba definiendo de forma extrema, ya no estaban los huesos pegados a la piel, ahora se distinguían unos tímidos músculos recién florecidos. También tenía los abdominales bien marcados, incluso me subía por encima de ellos una vena que nacía de mi zona pélvica. Estaba bastante contento, pero no veía grandes resultados si lo comparábamos al esfuerzo entregado. Entonces indagué más sobre la dieta que supuestamente hace la gente más "tocha". Al poco descubrí que aquella alimentación perfecta que seguía al pie de la letra, jamás me haría segregar la testosterona suficiente para conseguir el cuerpo deseado. Necesitaba un aumento de calorías notable. -A partir de ahora más carne roja, plátanos y atún a cascoporro, tortillas cada dos por tres, arroz integral y tortillas de maíz para saturar los hidratos y mantequilla de cacahuete, que no pueden faltar las grasas saturadas.- Comer, comer y comer. Raciones descomunales controladas bajo báscula de precisión; las cantidades de hidratos, grasa y proteínas debían ser precisas. Los horarios debían ser exactos a nivel obsesivo. Si un día no podía comer a las diez, que es cuando me tocaba el bocata de pan integral de molde, cincuenta gramos de mantequilla de cacahuete y cien de pechuga en fiambre de pavo, entraba en un nivel de estrés exagerado que se veía incrementado a su vez, al pensar que ese  mismo estrés me estaba haciendo segregar cortisol hambriento de fibras musculares.

-Bueno ya comemos a razón del desgaste físico generado, solo falta esperar... -¿¡Pero bueno, que hace ese tío!? ¿Dónde va con un tarro enorme en la mochila? ¿Qué son esos polvos que mezcla con agua? -Los batidacos.- El mundo de la suplementación deportiva es un punto y aparte. Un negocio el cual participan todos los culturistas actuales y pasados. Los que están en activo, compitiendo, fichan y publicitan grandes marcas. Las magnas leyendas, ya retiradas de las tarimas, crean su propia línea de productos. La publicidad de estos "polvos mágicos" es del todo engañosa a la vez que intencionada. Ponen atletas de ciento veinte kilos al lado de un pote de proteínas en polvo y claro, cualquiera que desconozca este mundillo piensa que al tomar ese, elixir para algunos y veneno para otros, pasarás de ser el Dr. Jekyll a convertirte inmediatamente en Mr. Hyde. Por orden alfabético: (Puedes saltártelo hasta el fin del párrafo si lo deseas, a no ser que tengas curiosidad) -Arginina aumenta los niveles de óxido nítrico; beta-alanina genera contracciones musculares mayores; capsicina aumenta el metabolismo e incrementa la pérdida de grasa; glutamina ayuda a la hipertrofia y favorece la recuperación de la descomposición muscular; histidina combinada con la beta-alanina potencia la fuerza, la resistencia y el tamaño; leucina aminoácido que inicia la síntesis proteica; magnesio que entre otras cosas reduce los niveles de cortisol y aumenta la testosterona; norvalina derivado de la valina que puede llegar a incrementar los niveles de óxido nítrico hasta en un cincuenta por ciento; potasio junto con el magnesio reinan sobre todos los minerales, hidrata y recluta agua intramuscularmente durante el tiempo de ejercicio; proteína de suero la más efectiva para aumentar la síntesis proteica; selenio mantiene el metabolismo acelerado a la vez que juega un papel fundamental en la función inmunológica; sinefrina también es un acelerador del metabolismo pero este sin incrementar la presión arterial ni las pulsaciones cardíacas; taurina mejora el rendimiento tráctil del músculo; tirosina mejora la concentración mental, el rendimiento e incluso ayuda a la perdida de grasa; vitaminas desde la B hasta la K favorecen todo tipo de funciones orgánicas; vitargo carbohidratos complejos que se digieren dos veces más rápidos que el propio azúcar; zma una mezcla de zinc, aspartato de magnesio y vitamina B6, ayuda al aumento de las hormonas anabólicas entre otras funciones.-

Si no lo recitas de carrerilla, como en el colegio las preposiciones y las conjunciones, no eres nadie. Seguro que me he dejado más de, qué sé yo, ¿diez? Hay verdaderos adictos a este tipo de suplementos, y no son precisamente baratos. Toman batidos, cápsulas, pastillas y líquidos viscosos a todas horas. Dan más importancia a la suplementación que a la misma comida. -¿Que tontería, no? Su-ple-men-ta-ción, repite conmigo.- Ojo, no confundir estos productos, del todo legales y que pasan unos controles minuciosos, con las sustancias dopantes.

-¡Ahora sí! Te presento: aquí está el bíceps, detrás tenemos al tríceps y delante, naciendo de la muñeca el antebrazo; esto de aquí es el hombro y el trapecio, bajas cuello abajo y observaras el pectoral; si te fijas justo detrás podrás ver los dorsales y sí, más abajo vuelvo a tener culo, seguido de unos largos femorales que acaban la pierna con un par de gemelos; giramos ciento ochenta grados, pasando por los aductores o si lo prefieres por los abductores, y por último encima de la rodilla, podemos contemplar los cuadriceps.- La felicidad... después de un largo recorrido los resultados son excelentes a mi entender. El esfuerzo y la disciplina han logrado el éxito. Pero cuando crees que estás en la cima, la niebla escampa y divisas que la montaña sigue sin ser coronada, incluso hay cientos delante tuyo. Es cuando aparece aquel tipo que va al gimnasio unos cuatro meses antes de ir a la playa; los "pre-playa" les llaman. Tu llevas religiosamente acudiendo a ese templo de sudor y lagrimas más de tres años, pero ese tio en cuatro míseros meses te dobla en volumen, destapa infinitas venas más que tú y tira con unas mancuernas que ni sabías que existían. -Es la genética. -¿La genética? y una mierda.- Después de varios años he comprendido que no merece la pena hacer mala sangre por ver a chavales jovencísimos con un tono muscular sublime, y aunque todavía fantaseo con que se estrangule con la barra de press banca aquel que levante más que yo, el esfuerzo personal, ganado a pulso sin ayudas de ningún tipo y solo con mi ansia de superación, me pone por encima de cualquier mastodonte ciclado en forma de equis. -Estoy en la cima de mi montaña.- Reitero.

Continúa el 11/04/2015 - Gurús del fitness, descanso

jueves, 2 de abril de 2015

Extrema y Santa

Un par de días de fiesta no van mal de vez en cuando. Celebrar la muerte y resurrección del archiconocido Jesús con la fogosidad de una adolescente Believer o Directioner, es otro cantar.

La pasión con que algunas cofradías celebran la Semana Santa roza el fanatismo más peligroso. La devoción, hacia figuras de yeso y cartón piedra, de gente que es capaz de pisotear a su prójimo por tocar el velo de alguna virgen paseada a hombros, tiene aires de radicalismo extremo.

Afinar el parche de los bombos, sacudir la saliva de las cornetas... esto ya empieza.