sábado, 28 de febrero de 2015

6 meses de #INQUIETUDES

Es toda una experiencia esto de plasmar de forma escrita mis MIS BREVES INQUIETUDES. Siempre había pensado que sería algo muy complicado esto de escribir, pero la verdad es que sale solo. No quiero decir que me considere un escritor, ni mucho menos, pero para mi esto ya es muchísimo más de lo esperado. No me pongo ninguna pauta, no tengo una organización predeterminada, incluso hay veces que ni siquiera hay un tema pensado. La gran mayoría empieza siendo una idea muy prematura creada al descubrir el ordenador y que acaba desarrollandose por si sola. Por otro lado quisiera agradecer a todos los que habéis contribuido en cada una de las visitas al bloG, creo que la media de más de mil-quinientas visitas al mes es un regalo. Mencionar especialmente a "@saracebo" de "Amb Serrell de Cuina" por la paciencia y por aceptar siempre esa primera lectura, sin ella esto no habría sido posible. No sé hasta cuando podré seguir este ritmo, he publicado sesenta y seis entradas en seis meses y por lo que he visto por ahí, es un promedio de lo más respetable, así que espero que el fuelle se mantenga bien inflado al menos otros seis meses.

A continuación os presento el porqué más breve de mis #INQUIETUDES, acompañado de un pequeño fragmento original del texto, espero que lo disfrutéis.

Arrancando con una obsesión - ... y sin más, llega un día donde la saturación musical vence a tu demanda. Es entonces cuando vas al Fnac y ¡Sorpresa! no sabes que comprar. Demasiado tiempo, demasiado intenso, demasiado rápido... No todas las obsesiones deben ser tachadas de perturbadoras e insalubres. Quería poner el acento en que darlo todo, apostar en algo al cien por cien, puede ser gratificante y próspero.

Reflexión - ... el primero de ellos, es aquel donde antes de empezar tu jornada debes pasar por, lo que yo llamo, una puesta a punto. Una buena ducha, una buena sonrisa y ya estamos listos. El segundo grupo, es donde la ducha viene después de tu gloriosa jornada de trabajo... Siempre he valorado mucho las personas que en su juventud deciden dejar los estudios y aprender un oficio. Yo así lo hice y no me va mal. Pero sé que hay gente que no logran ver la grandeza de este hecho y generalmente desprecian a quien decide tomar esta decisión libremente. Sí, son los que te miran por encima del hombro.

Egoísmo antisocial - ... anteponer tu bienestar ante cualquier situación es de un egoísmo más puro que el antisocial más ermitaño. Pensándolo bien, cualquier pensamiento cerrado a razones es egoísmo... Si hay un adjetivo que me define es ese: "egoísta" y intento camuflarlo con un velo antisocial. Aun así, quiero dejar constancia de que no soy especial, bueno quizás sí en declararlo públicamente, pero no al serlo. Todos, en cierto modo, somos egoístas aunque no toleremos el egoísmo.

Droga - ... hierba, chocolate, huevo, polen, chicha, apaleao, resina, que si una L, ahora un Bob, va una cachimba, mejor una pipa, ¿has probado la salvia divinorum?, ¿y qué tal unas setas?... Sí, éramos naturales como la vida misma. Solo consumíamos productos de la naturaleza... Seamos sinceros, un canutillo en la juventud no hará de ti un yonki atracador de farmacias en busca de metadona. Incluso si en tu alrededor el consumo de ciertas sustancias es masivo, en ti recae la decisión de ser uno más de la manada, o encabezar el grupo que impondrá el cambio. Desde que nacemos somos libres, no estamos condenados a un destino prescrito.

El universo - ... ¿realmente el color rojo que yo veo es el mismo color que tu ves? De manera subjetiva yo veo colores igual que subjetivamente tu los ves. Simplemente han asignado nombres a colores, nunca sabré que ven tus ojos... Una de mis inquietudes preferida. Me gusta comerme la cabeza con múltiples opciones de la existencia. Jugar con probabilidades remotas es uno de mis hobbies más longevos.

Información - ... digo que cambiaría ahora mismo la facilidad de saber en que proteínas se encuentra la Glutamina, por volver a notar algunas de esas sensaciones que parecen tan añejas... Cómo añoro esos años. Ese tiempo en que la espera formaba parte del juego me trae muy buenos recuerdos. La inmediatez de esta era, se ha llevado por delante la tan necesaria magia.

Chatarra / Chatarrero - ... era un sitio oscuro y húmedo, ya que una parte de la nave estaba al descubierto y quedaba a la merced de la lluvia. Debajo de la zona destechada, se generaba una especie de vegetación amazónica que al contacto con el hierro, desprendía esa humedad oxidada... El imperioso negocio del desecho, todo un filón en épocas de crisis y un desapercibido sucio trabajo en épocas de bonanza. Los recuerdos de mis primeros días vestido de "buzo".

Tío Cortao / Héroes - ... el salabre se abre y caen centenares de estos peces, que una vez tocan la cubierta empiezan a ejecutar ese baile de espasmos que ahora tenía la reportera. Qué paradoja, allí yacía la chica cuál sardina recién pescada... Cualquier experiencia al lado de un padre, crea una historia que marcará el resto de tus días.

Creer - ... ¿has matado a alguien? Eso son minucias para tu Dios, di que te arrepientes y hazlo de carrerilla entonando cualquier cántico venerando a algún personaje bíblico y tu salvación está asegurada... Estudiante de La Salle Torreforta y de Joan XXII de los Hermanos Maristas de Bonavista. Siempre defendí mis ideales, jamás he comulgado con nada en lo que no creyera y debo decir que el trato recibido no fue distinto al resto. Eso sí, la Iglesia como institución, me genera un tremendo asco y no me infunde el más mínimo respeto. Ahora bien, la hipocresía y las personas que no la ven, me producen una lástima, esto si, del todo respetable.

UFO - ... una gigantesca nave de origen desconocido, se ha posado sobre un Boeing 747 que cruzaba el Atlántico, ha emitido una especie de luz muy intensa sobre él y lo ha hecho desaparecer. Al cabo de pocos segundos el OVNI también ha desaparecido, en lo que parece haber sido un destello eléctrico y sonoro... La vida fuera de lo conocido me fascina. Pensar que somos ciegos títeres en manos desconocidas y que algún día la venda que nos ciega llegará a caerse, es para mi orgásmico.

Falsas apariencias - ... quería ser un surfero, llevar esas pintas con esos pantacas anchos y gordos Rip Curl, un buen chaquetón O'Neill, gafas de ventisca Santa Cruz, tabla Suburban con las mejores fijaciones metálicas, botas Thirtytwo... Las consecuencias de ir con todo, sin dejar un rinconcito de salvaguarda. En la apuesta de la vida, del riesgo también se vive.

Intermediarios - ... se quedaron todos atónitos al ver que aquella arma metálica acababa de enseñar un pincho de más de palmo y medio. El ambiente paso a ser hostil y a violentarse... Aprovechando la polémica, relato una historia muy bien aliñada con aceite de corte y taladrina y aprovecho la ocasión para dar un puntapié a los "Consignatarios" especialmente.

Filmoteca - ... la gente necesita evadirse del día a día absorbiendo películas, series y programas de televisión. Es lo más fácil e inmediato, mucho más sencillo que trincarse una botella de Larios... Me encantan las historias audiovisuales precisamente por eso, porque logro evadirme de lo que me rodea. Cambiando de punto de vista, ¿y si los programas "telebasura" son similares a los controles mentales suministrados en las vacunas del virus de la gripe? ¿¡Ciencia-ficción!?

Macarrillas de cartón - ... toda una vida de superación ha dado sus frutos y debes sentirte orgulloso de ello, la gente que te rodeará a partir de ahora, te admirará como nunca cuando se deslice la pastilla de jabón de entre tus manos y se pose en el resbaladizo suelo de la ducha... Nunca he sido un chaval busca broncas, por eso he estado en más de las buscadas, pero el azar y más tarde el saber afrontar las temidas situaciones, me dan la oportunidad de enlazar un texto basado en una experiencia personal, con un planteamiento de lo más polémico. ¿Estaréis de acuerdo conmigo que sin voluntad no hay cambio?

Feliz Vanidad - ... las redes de la Iglesia lo pescan todo, están en todas partes, en todos los caladeros. Meten su dorada cuchara y la sacan bien colmada... La pereza de aceptar un cambio impuesto, de eso va este relato. No hay más, simplemente eso.

Evolución - ... experimentar dejando a un lado la moral humana, simplemente por ver hasta donde somos capaces de llegar como especie. Despertar el ser autodestructivo que llevamos dentro y ver que pasa... La entrada más aclamada tanto positiva como negativamente hablando. Trata sobre el hartazgo que siento cada día al recorrer el mismo trayecto y al pensar que no es temporal sino que es eterno. ¡Un cambio drástico ya, por favor!

Fiebre del viernes noche / Ambulatorio / Saber drogarse - ... al filo de pisar un inflador de colchonetas repleto del humo de un canutazo de maria. En el extremo del tubo unos labios bien sellados a punto de absorber la esencia en una sola calada... No puedo decir nada más que: ¡Joder si lo hubieras vivido!

Muerte y vida - ... hubo un tiempo en que unos hombres querían acabar con todo aquel que no se rigiera por las normas que ellos dictaban. Seguían buscando diferencias, incluso entre vidas semejantes... Catalogar la vida, diferenciarla y marcar una linea bien definida entre "yo" y el resto es así, y nos estamos equivocando.

Detrás del escenario / Detrás en la fundición - ... en mis manos reinaba el poder de dar el énfasis que quisiera en cada uno de los temas, manejaba a mi antojo la dirección del concierto y elegía egoístamente el sendero a seguir... La música lo es todo y todas las experiencias vividas alrededor de ella, han sido las más gratificantes que he tenido.

Vida y muerte - ... la muerte subjetivamente hablando no es nada, los "idos" se llevan la mejor parte, son los "quedados" los sufridores y añorantes de la presencia del viajero... El misterio de la muerte y otra vez el egoísmo presente. Desde que nacemos hasta que morimos nuestra condición nos revela que somos unos seres mediocres.

miércoles, 25 de febrero de 2015

No lo sé

¿Tan difícil es decir "No lo sé"?

¿Por qué la gente se empeña en responder cualquier cosa dejando al descubierto su más profunda ignorancia?

Si no tienes ni idea sobre lo que te hablo, dilo.

sábado, 21 de febrero de 2015

Vida y muerte

-La vida solo tiene sentido porqué algún día esta se acaba. En cierto modo es el final, la muerte, lo que le da significado.-

Esta introducción que fue escrita en la anterior entrada "Muerte y vida" es el motivo de que ahora escriba esta continuación.

En nuestra primera etapa, de dos bien diferenciadas, la temida muerte, el repudiado fin al que nos vemos condenados, no llega a perturbarnos. Al principio de nuestra andadura por estos valles no damos cuenta de que nuestro paseo es finito, nacemos con fecha de caducidad y eso a la mayoría les aterra, pero hay un tiempo, en la más tierna juventud, que eso pasa desapercibido. La temeridad con la que deambulamos por el mundo con temprana edad, es la felicidad en su punto más álgido y es por la ausencia o el desconocimiento, a que somos de lo más vulnerable. El manto de la "Muerte" te rodea en cada ocasión, en cada esquina de la calle de la vida, pero por muy peligrosa que sea la avenida la ignorancia protege tu ser y hace que te descubras bajo ese manto. Me pregunto si el hecho del desconocimiento a un final prematuro de tu existencia, hace diferente ese acontecimiento. No me estoy refiriendo a las personas que se quedan, sino al que se va. Morir sin saber que eso es posible, sin saber que generará dolor, ignorando las consecuencias... en definitiva, morir sin miedo. ¿Que pasará entonces con toda esa energía por estrenar? Demasiada potencia para hacerla desaparecer sin más, creo.

En nuestra segunda y definitiva etapa, irse de este mundo, desaparecer aunque tu legado sea prospero y eterno, es un escozor inevitable de ignorar que irrita tu piel. Quizás se trate de solo eso, dejar constancia de que has pasado, que has estado aquí y el temor a que un día ni siquiera tus más allegados caigan en su cuenta. Como en muchos otros aspectos de la vida, hasta en el final de esta, vuelves a tener un sentimiento egoísta. -¿De que se trata sino? ¿De dolor? -Físico no, ya que a la llegada de tu hora el sufrimiento es cambiado por un instante perpetuo de paz y tranquilidad. -¿Psicológico? -Tal vez.-

Instantes antes, es inevitablemente que la pregunta filosófica de la vida atraviese tu mente: -¿Por qué estoy aquí?- El destino debe servir para algo más que recorrer tus pasos hacia atrás y hacer un recuento de las cosas que habrías cambiado. Este fin debe significar algo y te aferras a esto esperando un cambio de perspectiva que te ayude a entender el: -¿Por qué ahora?- En esos últimos instantes te encuentras tú ante el resto, sólo ante el vacío más absoluto sin nada más que te acompañe, la más pura esencia de tu ser por primera vez sola ante lo desconocido. Estás perdido... El sujeto en cuestión se presenta para entrar donde "quien sabe" y se postula como el salvador de si mismo. Si hace falta vendemos lo que sea para poder pagar el acceso tan deseado que se nos entrega, aunque sea un precio desorbitado, la desesperación del momento le quita valor y pasas a ser tú lo más valioso.

¿Como va a ser ese último aliento el deseado, si nunca queremos irnos? -No, no quiero abandonar el terreno al cual pertenezco, de ninguna manera. No me vendas una muerte plácida, no vendas un eyaculante viaje, yo de aquí no me voy. Me quedo, esa es mi voluntad. Si luego falta sitio, os apañáis. Allá donde me llevas no encontraré mi lugar porqué no existe tal, lo sé. No quiero dejar todo lo que me pertenece. Todavía no es la hora. -Joder, nunca es la hora.- Quizás es mi equivocada forma de entender el genero humano, pero no se me pasa por la cabeza ninguna otra forma de representar la última conexión neuronal que esta. Egoísmo post-morten. 

Todo eso está muy bien en el mundo racional en el cual vivimos la mayoría. Sé que muchos no entenderéis nada o no lo querréis entender, otros simplemente se sentirán incomodos con lo que leen y crearán un concepto negativo de mi. No me molesta, al contrario, de eso se trata, de escribir y que el lector sienta algo; pero hay más. En ciertos lugares, la vida carece de valor. Sí, no importa si estas vivo o muerto, eso no cambiará las cosas. No tiene nada que ver con lo descrito anteriormente, cuando hacía referencia a nuestro agradable desconocimiento de la muerte en la juventud, estos saben muy bien lo que es y aún así no tiene la más mínima importancia. Ahora estarás pensando: -Ay sí, los países "subdesarrollados", que barbaridad.- Y te vendrán a la mente imágenes de algún niño con una AK47 colgante del hombro, de alguien empuñando un machete bien afilado, de cadáveres amontonados en alguna cuneta... Inconscientemente separarás esos actos de ti y de tu mundo aparentemente "desarrollado". No caerás en la cuenta de que los hechos que más repudias son cometidos por seres que andan erguidos sobre dos piernas como tú, que partís del mismo punto y compartís el mismo patrón. Aunque no lo creas, estas personas también cuentan como seres humanos y en la estadística balanceante, contarán igual que tú. -¿Qué es la muerte para aquellos que la vida es insignificante? -La Muerte es la misma para todos, de eso no hay duda.-

-¿Qué hay después? -La salvación.- Aquí las creencias sagradas lo tienen claro. Debe ser el único punto bien definido en el cual todas las religiones coinciden. -¡Morirse es guay! Si mueres entras en un mundo donde no hay dolor, donde el sentimiento de felicidad es eterno, todo es placentero y gratificante. Abandonarás tu sucio cuerpo, que sí, ha servido para que la estancia terrenal sea de lo más cómoda, pero al fin y al cabo es una carcasa que ha ocupado tu alma para pasar el río hasta la orilla definitiva, despréndete de ella y muestra tu espíritu que revelara tu real yo. -¡Jo!, que fácil y que apetecible, estoy por morirme ahora mismo... bueno tal vez después de la siesta.- Sarcasmos a parte; las distintas religiones utilizan el miedo de las personas para crear adeptos. -¿A qué le tenemos más miedo? -A nuestro propio dolor.- Y lo utilizan en una maniobra de marketing muy orquestada. Si ingresas en sus filas será muy liviano, vivirás de rodillas tu breve trayecto hacia el más allá, pero tendrás asientos de lujo cuando cruces el umbral.

Para la ciencia es algo más complicado. Desde la frase "La energía  no se crea ni se destruye, solo se transforma" a múltiples aportaciones, pasando por variadas teorías e incluso algún científico afirma que no estamos destinados a morir, la base que nos forma está hecha de átomos y estos son eternos. ¡De locos! No quiero entrar en el debate científico, porqué sé que me llevará a la resolución de que realmente la muerte no es nada, lo cual no me conviene, al menos hasta el siguiente párrafo, pero si quiero hacer hincapié en la frase esa de "La energía..." Bueno no sé si la frase original decía "La energía" o "La materia" y estoy demasiado ocupado para buscarlo en la Wikipedia, así como me viene bien elegir "La energía", la elijo. Como ya comento en el primer apartado, ¿qué pasa con toda esa energía que nos mantiene vivos? ¿A donde va? Y aquí es cuando todos y cada uno de nosotros forma su idea y lo defiende interiormente a muerte. -Qué redundante me ha quedado.- Bajo mi particular punto de vista lo que más me atrae, aunque sé que es improbable, es pensar que la energía se desprende del cuerpo y queda inerte esperando a ser utilizada. Si lográramos encontrar la frecuencia exacta la podríamos observar e interactuar con ella. Por otro lado si aceptara esta teoría como válida, estaría dando la razón a todos los razonamientos posibles, desde la reencarnación a las posesiones y eso no es mi intención.

La resolución de esta reflexión es que la muerte subjetivamente hablando no es nada, los "idos" se llevan la mejor parte, son los "quedados" los sufridores y añorantes de la presencia del viajero. Pero el miedo a lo desconocido siempre nos aterrará, somos así no podemos ser de otra forma, así nos concibieron o más bien así nos hemos concebido. Aunque en muchos casos la muerte sea el mejor de los finales, no nos daremos cuenta. En consecuencia si la muerte a titulo personal no es nada, ¿qué es la vida, una ilusión? Y volviendo al inicio, ¿qué sería la vida sin la muerte? Imagina millones de vidas infinitas... ¿como serían catalogadas? Entonces, ¿la muerte lo es todo?

La muerte, ¿todo o nada?

jueves, 19 de febrero de 2015

El americano del McDonald's

El otro día había un tipo, de buena presencia y bien plantado que vestía chaqueta de cuero marrón tres cuartos, tejanos muy bien aparejados y unas botas que eran comidas en su parte superior por unos bajos debidamente doblados, esperando en la cola del... No no, no va de eso, no trata de ninguna persona... que absurdo.

Ahora en serio, entrar en el McDonald's y solo pedir un café americano ante el extenso surtido de fotográficas de grandes y jugosos manjares, ya es motivo de desconfianza.

-¿Qué desean? -Dos cafés americanos. -¿Algo más? -No. -¿No quieren nada más?- Vuelve a preguntar confirmando tu extraña presencia allí. -Por un euro tienen una hamburguesa... -Ah, pues gracias por la información... Sólo los americanos.-

Bueno ya tenemos los cafés, busca sitio alejado de tanto niño celebrando una fiesta de colegio y acomódate. Saborea... -No puede ser que el café de un establecimiento comercial sepa peor que el servido en los comedores de los mercantes.- Imposible pero cierto.

-¡Qué café más malo! ¿Seguro que no le has dado al botón  de aclarado? -Coffee time amigo.-

sábado, 14 de febrero de 2015

Detrás en la fundición

(Continuación de Detrás del escenario)

Entrábamos en el restaurante los cinco con aires de super estrellas del Rock. Nuestros andares parecían ir acompañados con la banda sonora de nuestras vidas y esta, estaba formada por nuestros propios temas. Mientras comentábamos la jugada, nos daban mesa y una vez acomodados empezaban a llenar nuestras barrigas con platos combinados y tapas de patatas bravas. Las cenas anteriores a un concierto son especiales, el buen rollo entre los componentes refleja el buen trabajo realizado que a su vez, genera ese buen rollo. Una espiral interminable de música y amistad que nunca debe desaparecer, por el bien del grupo. Nuestras cenas siempre acababan con un chupito de Jack Daniels, era casi una tradición, después de brindar con nuestros vasitos rebosantes de wisky, sabíamos que ya no habían más pruebas, no cabían equivocaciones, se acabaron los juegos y llegaba la hora de demostrar que no sabíamos más, pero lo que sabíamos, lo hacíamos de puta madre. Recogida mi mochila, la volvía a colgar del hombro y regresábamos al lugar donde empezaría la acción.

Cuando entras a la sala del concierto, empiezas a ver los primeros puntuales seguidores. -Para qué nos vamos a engañar.- Si te mueves por este mundillo casi toda la gente que viene asiduamente a tus conciertos son conocidos, así que la mayoría de tus seguidores son como tú, gente de otros grupos o que simplemente encuentras en cada concierto al que vas. Seguidores del Rock'N'Roll allá donde se encuentre, que acaban formando parte de la banda, al igual que tú formas parte de las bandas cuando vas a verlas actuar en directo. A esta gente, que normalmente es fija, se les juntan otras que no quieren perderse ese grupo que toca allí esta noche, sea por el motivo que sea. Al final el ambiente es inmejorable.

Después de las reglamentarias charlas con uno y con otro, dirigías la mirada hacia el escenario, todo bien preparado, debidamente iluminado y pensabas: -¡Uaaau, esta noche lo vamos a petar! Soy yo el que va a subir ahí arriba...- Nos metíamos en el camerino o trastienda o almacén que el garito tuviera, y mientras nos cambiábamos de ropa por algún atuendo más cómodo, o no, los leves nervios empezaban a surgir. Normalmente eran moderados, porqué llevábamos la lección bien aprendida y no necesitábamos comernos la cabeza con ningún aspecto técnico ni de memoria. Otras veces era como tener una culebra gigantesca apunto de salirse por la boca... así fue mi primera vez, pero no era lo normal. Nos dábamos ánimos unos a otros mientras empezaba la canción de la intro, que daba la señal de salida al escenario.

Luces apagadas, poco a poco todos nos colocábamos frente a nuestros instrumentos y... -¡PAAAH!- Toma el primer acorde. Los primeros segundos de todos los conciertos son escalofriantes y misteriosos, ya sea por el caos que forma el tremendo ruido que se genera ahí arriba o por la expectación a la reacción del público. Es entonces cuando todos pensamos: -¿Como puede ser, si en las pruebas nos escuchábamos de puta madre? -Ah, amigo... esa es la gran incógnita del inicio de un bolo.- Los instrumentos de cuerda amplificados lo pasan realmente mal, no tienen una referencia, no se escuchan a ellos mismos y tocan a ciegas, más bien a sordas. Igual con las voces; si no habéis cantado nunca a pleno pulmón sin escucharos, no sabéis de que os hablo. En cambio yo ahí detrás, con el tempo bien marcado, me dirijo con paso firme hacia delante esperando escuchar algún sonido de bajo que me afirme los golpes que estoy dando. Mi problema es que yo si me escucho, pero no oigo al resto. Fuera del escenario, este crítico momento pasa desapercibido. Allí el sonido es perfecto, la multitud del gentío ha dado a la sala mejor calidad acústica y está sonando estupendamente. A nosotros no se nos nota, salvo por las constantes indicaciones al técnico de sonido que se esfuerza por complacer a todos a la vez. Las tablas de años y años encima del escenario, hacen que te acostumbres a estos momentos y los solventes sin más repercusión. Al tercer tema la banda ya camina dentro y fuera del cuadrilátero.

Como ya sabéis siempre me ha gustado dar la nota y desde ahí atrás, tienes que esforzarte concienzudamente para que las miradas pasen del atractivo cantante, de los virtuosos guitarras y se dirijan hacia ti. No, no me he dejado el bajista por mencionar, en ese aspecto no era necesario batallar.

Las sensaciones del momento son increíbles e indescriptibles. Desde "la fundición", como me presentaba el vocalista cuando mencionaba uno por uno al grupo, las cosas se ven diferentes, con otra prespectiva. Me sentía un privilegiado, veía todo lo que sucedía cómodamente sentado en mi trono "Pearl Roadmaster". En mis manos reinaba el poder de dar el énfasis que quisiera en cada uno de los temas, manejaba a mi antojo la dirección del concierto y elegía egoístamente el sendero a seguir. En realidad, todos piensan que los cantantes y guitarras son los que mandan en un escenario, ¿no? Pobres ilusos... los que tenemos la sartén por el mango somos nosotros, los bateristas.

Recordaré siempre, y es motivo de más de una carcajada cuando lo comentamos, que una ocasión al inicio de un nuevo tema, el cual empezaba yo con el bombo a negras marcando un ritmo contundente y machacante al que se unían el resto de instrumentos, cuando de repente se gira el cantante y me dice sin más preámbulos: -Tu espérate, no empieces, ya veras... -¡Me cago en la puta! ¡Qué coño pasa! ¿¡Qué va  a hacer!? ¿¡Qué tengo que hacer!?- No podía adivinar lo que le había pasado de forma repentina por su peinada cabeza y encima era una intro muy rápida y precisa, no daba lugar a sorpresas de último segundo. Que te digan esto cuando estás a punto de aporrear la caja con todas tus fuerzas, es lo más grande que puede suceder encima de un escenario. Bueno esto y que alguien del público se cuele por detrás del escenario, se acerque a ti a rastras por el mugriento suelo mientras estás en el epicentro de un tema para pedirte tabaco... -¡Que momentazos!-

Se acerca el gran final, se escuchan los últimos acordes del tema que cierra el concierto. Fundimos un final apoteósico y lo introducimos en un molde de aplausos y agradecimientos. Un final de aquellos que revientan lo que falta por reventar. Un final para la prosperidad.

Se acabó. La vida entre la grandeza divina se ha esfumado con las primeras luces que iluminan el recinto. Caes de golpe al duro suelo y no eres precisamente un Ángel. Te incorporas entre la multitud en busca de la barra donde te servirán una cerveza o un cubata bien frío y durante el trayecto no paras de recibir elogios y felicitaciones. -¡Joder chaval como le pegas! -Hacia tiempo que no os veía, ¡los temas nuevos son una pasada!. -Lo ves, cuando el bajo y la batería se entienden, sobran las demás chorradas. -¡Habéis sonado de puta madre! -¿Cuando es el próximo?- Al fin logras apoyarte en la barra y te encuentras con los demás componentes. -¿Como lo has visto? -Bien, he estado cómodo. Se ha escuchado bien dicen. ¿Y por ahí delante? -Bien, el principio un poco chungo, pero bien, me escuchaba bien.- Así seguíamos mientras apurábamos nuestras hidratantes bebidas intercambiando impresiones y momentos gloriosos. La sala empezaba a desalojarse de gente en busca de la continuación de la fiesta. Una fiesta que nosotros no veríamos ya que todo aquello que con alegría se había construido sobre aquel templo radiante llamado escenario, debía ser destruido para ser de nuevo creado una vez llegado al local de ensayo.

El reto de introducir ese Tetris de fundas negras acolchadas, debía volverse a repetir. De camino al local, a solas con la cinta de los Ramones, no paras de darle vueltas a la cabeza sobre todas las sensaciones sentidas allí arriba, en lo alto de la cima y piensas: -¿Cómo sería dedicarse a esto en plan profesional, sin estas miserias y con unos buenos pipas? ¡Que gozada!- Te contestabas. Pero no, llegas al local y la negra noche te saluda, el frío empuja de ti y hace que subas el bombo tu solo y con los platos colgados del cuello. Ya descansa todo en casa y te invade la satisfacción de haber acabado un buen y satisfactorio trabajo.

Un último y familiar canutillo en busca de la inevitable despedida, se empieza a liar. Entre humeantes caladas se escucha: -Bueno, nos vemos el martes, ¿no?. -Sí, yo vendré antes, a montar todo esto. -Sí, yo también aprovecharé para pegarle un fregao. -Bueno pavos, ha sido un placer. -Igualmente... nos vemos el martes familia.-

miércoles, 11 de febrero de 2015

Semáforo

Hubo un tiempo en el que cada día, a primera hora dirigiéndome al trabajo, me encontraba yo a solas con mis pensamientos, encerrado en el coche esperando a que el semáforo cambiara el cálido y placentero rojo, por el frío y estresante verde. Repasando siempre el mismo razonamiento. La idea era: -¿Por qué hay semáforos si cuando no funcionan las cosas fluyen mejor?- Así cada día,  excepto los días en que el semáforo, por alguna anomalía eléctrica, lucía un parpadeante y confuso ámbar. Al contrario de lo que podías pensar, el tráfico de ese cruce de cuatro direcciones, era más organizado por el sentido común de los madrugadores conductores, que por las normas establecidas del sistema. Una organización de respeto y saber hacer nos acompañaba en la toma de decisiones y encontraba un punto común sobre las preferencias entre unos y otros. Entonces, ¿por qué? El sistema establecido parece ser la guía que muestra un camino seguro, pero estos pequeños sucesos que pasan desapercibidos ante nuestras narices, hace que me plantee que el camino ofrecido no es más que un estrecho sendero del cual no debemos salirnos por miedo del sistema, a que la manada de ovejas descubra que más allá de él, hay un verde prado donde la libertad es el más seguro de los entornos.

Si cada día me encontrara el intermitente ámbar, ¿qué hubiera sido de mi minuto a solas con mis pensamientos?

sábado, 7 de febrero de 2015

Detrás del escenario

Todo empieza con una llamada telefónica normalmente producida por algún componente del grupo y más concretamente por su líder, que suele ser el cantante y voz de la banda en todos los aspectos. La noticia es recibida con alegría y entusiasmo un día cualquiera de ensayo, sobre las diez de la noche que es la única hora en la que todos podemos abrir un hueco y así, formar parte de ese gran proyecto musical. Sin embargo pocos instantes después de esos sentimientos eufóricos vienen unos más, como lo diría, críticos. Yo siempre era uno de los que encabezaba estos, y me surgían un sinfín de preguntas: -¿Hay equipo fijo instalado en la sala? ¿Qué me dices de la batería, tienen ya una o tengo que llevar la mía? ¿La acústica qué? ¿Y como vamos de espacio para los cinco? ¿Cuanta peña cabe? ¿Incluyen la cena? ¿Venden entradas, vamos a precio cerrado o a tanto por ciento de la barra?...- Machacaba con todas las preguntas posibles y nunca me daba por satisfecho, siempre encontraba alguna cosa con la que no me quedaba especialmente cómodo. Por otra parte otros miembros de la banda nunca se cuestionaban nada, todo era perfecto a sus ojos de guitarristas. En cierta manera envidiaba y envidio, a aquellos que tocarían en cualquier escenario incluso gratis. Esa es la esencia del puro Rock'N'Roll y los cabrones que montan conciertos lo saben y sacan buen provecho de ello.

En estos debates pre-ensayo, a veces bastante agresivos, siempre apuntaba alguien: -El otro día actuó un chaval en la sala aquella donde estuvimos el mes pasado. El tío iba solo con una guitarra acústica y recitaba poemas... ahí solo con su guitarra, un atril, el micro y un botellín de agua. Estuvo unos tres cuartos de hora y, ¿a que no sabéis cuanto le soltaron? -¿Cuanto?- Preguntábamos sobresaltados. -Cuatrocientos pavos.- Se volvía a confirmar que cuando eliges el camino del Rock, quedas al amparo de las situaciones más desfavorecidas y a sabiendas asumes, que la tomadura de pelo es un tema más a tocar encima del escenario. -Tocáis Rock'N'Roll por lo que he escuchado en vuestra maqueta. No está mal, camináis muy bien, tiene mucha fuerza. Cuando queráis concretamos una fecha y venís a tocar... con las consumiciones gratis, por supuesto. -Vete a tomar por culo.- Eso es lo que ahora les diría.

Quedaba claro, la decisión estaba tomada con anterioridad a la exposición, ya se lo había confirmado en la misma llamada; se apoyaba la moción por mayoría absolutísima, por más vueltas que le diéramos. -Para algo tenemos un grupo, para tocar.- Y se acaba ahí.

La segunda fase está en conformar el "Set List". Descartar algunos temas, incluir aquel tema que estaba todavía tierno pero que con ansia conseguiría madurar a tiempo para abrir el bolo, discutir los posibles comentarios entre canciones, el bloque de los temas más cañeros, el de las lentas, los bises... El preparativo era de lo más entretenido y a mi lo que más me atraía era el cambio en el orden de las canciones. -¡Un nuevo orden es aire fresco que rellenan mis toms!- Ese simple hecho de modificar el repertorio y tener una pauta nueva en la cual trabajar el mes que quedaba para la actuación, me daba vida suficiente para afrontar los cansados ensayos, que rara vez acababan antes de medianoche.

Todo está preparado, dos intensivas horas, dos días a la semana, han dado sus frutos, pero aún así la última semana se decide añadir un tercer día, para reforzar nuestras sensaciones, básicamente.

Llega el día, a las veintitrés horas empieza el concierto, eso pone en el cartel pero de todos es sabido que será poco antes de las doce cuando suene el primer rasgueo de guitarras. Nosotros empezábamos nuestra musical maratón sobre las cuatro. -A cargar los coches muchachos.- Aquí viene cuando por un instante pienso porqué "Dios" me ha dado esta habilidad en mis muñecas y no me la ha dado en mis cuerdas vocales. -¡Joder, el cantante coge su cable, su Shure SM58 y ya está!- Normalmente por muy hecho polvo que estuviera el sitio donde íbamos a tocar siempre disponía de equipo de voces, así que el vocalista en el bolsillo de su chaqueta tejana, llevaba todo lo necesario para que su voz sonara por encima del resto. Yo por otro lado, debía desmontar pieza a pieza todos los soportes y reclutarlos en una funda, que una vez cargada alguno de mis compañeros y yo, a duras penas podíamos arrastrar hasta el coche. Los platos se recogían todos bien clasificados por tamaños en un mismo paquete bien acolchado. La caja, los toms, el goliat y el bombo se enfundaban con el debido respeto y por separado. Por último me colgaba sobre el hombro decenas de baquetas Vic Firth 8D y miles de utillajes a la espalda en una mochila "tope" profesional que no se separaba de mi en ningún momento. De mientras los amplis se aglomeraban en la entrada del local, esperando a ser transportados por alguno de nuestros vehículos. -¿¡Habéis cerrado!?- Esto es lo último que se escucha antes de emprender el viaje.

Alguna vez el trayecto hacia el espectáculo, era un poco temerario. Si al bajista, que era el que tenía el coche más grande y mi fiel compañero de carga, no podía compartir algunos de mis objetos más abultantes, los debía embutir en un Seat Ibiza tres puertas. No sé como coño lograba meter todo eso en ese diminuto utilitario. El hecho es que no veía nada por el retrovisor, los platos me pasaban por encima de la cabeza a cada frenada, el bombo me empujaba el asiento contra el parabrisas, mis copilotos formados por una torre de tambores se desmontaban a cada giro de volante, la mochila de baquetas y accesorios no paraba de enredarse en el cambio de marchas y de mientras, mi mano derecha mantenía firme un peta de hierba bien liado. Toda esta situación, bien aliñada con la cinta de los Ramones a todo volumen, hacia aún más especial ese gran día. Como siempre conseguiamos llegar sin ningún tipo de problema y lo que es más extraño aun, a tiempo.

Una vez descargado el material en el suelo del garito... -¿Gerard, te vas a poner ahí? -Sí, aquí. -Vale, me pongo a tu derecha. ¿El ampli te va bien aquí, o molesta la jirafa del ride? -A ver... no, no ya esta bien... Gíralo hacía mi un poco para que te escuche más.- El amor entre bajistas y baterías... Soy un maniático de las distancias e inclinaciones que debe tener mi set de batería. Las alturas y posiciones debían estar medidas a la centésima, sino, tocaría incomodo toda la noche. Así que el montaje era bastante laborioso por ser tan meticuloso. Después de un buen rato de comprobaciones y algún que otro redoble, tocaban las pruebas. -Bombo. -Pumb, Pumb, Pumb, Pumb... -Caja. -Pah, Pah, Pah, Pah... -Charles. -Tsh, Tsh, Tsh, Tsh... -Vale toca un poco todo.- Decía el técnico, y bueno tocaba un poco el resto de mi batería. Normalmente elegía un ritmillo "Funky", de esos limpios que hacen balancearte aunque te resistas. Acto seguido probaba el bajista sin mayor problema. -¿Qué tocaba el bajo?- No lo sé, algún tema de la banda supongo; lo que si recuerdo es haber mantenido alguna conversación, precisamente de esa situación con él y haber surgido el comentario de: -Tengo que buscar un ritmillo para cuando me digan lo de probar el bajo.- Una vez terminadas las pruebas de bajo y batería nos hacían tocar algo juntos. Una vez más superábamos la prueba con éxito. -Yo te escucho a ti, tu me escuchas a mi, volúmenes correctos, todo correcto. -Pues las guitarras.- Aquí venía el caos. -La distorsión está un poco descompensada con el sonido limpio. El pedal que uso en el solo, se acopla. Espera que el cable está chungo. Estoy desafinado. No me escucho, pásame solo mi guitarra por el monitor. Todavía escucho más a él. Bueno, vale ya está bien...- Decían resignados los adorables guitarras. El cantante hasta el momento ha esperado junto al técnico y ha ido mostrando su pulgar bien erecto confirmando que el sonido es de puta madre. -Ya puedes subir a hacer las pruebas de voces. -Ung, Ung, Ung. Tdos, Tdos, Tdos. Tressh, Tressh, Tressh. -Ok, tocar un tema a ver que tal.- Ese tema de prueba, acababa convirtiéndose en cuatro o cinco temas que servían para pulir algún golpe o alguna historia de último momento. Hasta ahí todo correcto, sonido guay, buenas sensaciones, espacio cómodo, muy bien todo. -Bueno, podéis ir a cenar a ese restaurante, os están esperando. Decir que sois del grupo que va actuar esta noche y ya está. -A cenar pues. -¡Hasta ahora!-

(Continúa el 14/02/2015 - Detrás en la fundición)

jueves, 5 de febrero de 2015

Conversación, ¿a tres?

Tú - Hombre, hola. ¿¡Cuanto tiempo!?

Yo - Sí, sí... han pasado ya seis meses desde la última vez que nos vimos, en la reunión.

Tú - Menudo espectáculo montó el gerente... y sin razón.

Yo - Ni que lo digas.

Tú - ¿Y qué? ¿Sigues en el...

Él - ¡RIIING!, ¡RIIING!, ¡RIIING!...

(¿Responder o rechazar?)

Tú - Hostia, un momento.

(Responder)

Tú - ¿¡Qué pasa tío!?


¿Desprecio? No, lo siguiente.

martes, 3 de febrero de 2015

Crisis

En el trabajo, cuando andas buscando un reloj para referenciar el tiempo con la tarea ha ejecutar, te das cuenta del cambio. Ya no piensas como en aquellos días, donde el desborde de faena colapsaba tu sentido temporal de tal forma que siempre pensabas: -¿¡Ya son las cinco!?- Ahora al observar el reloj colgante de la pared es inevitable exclamar la pregunta: -¿¡Todavía son las cinco!?-

Esta transformación de la noción del tiempo, es la raíz más profunda de la cual nacen todas nuestras inquietudes cotidianas.