martes, 31 de marzo de 2015

Greenwich

Desde mil novecientos cuarenta y dos vamos de la manita con Alemania gracias al tipo que dictaba mientras los demás tomaban nota sin opción a réplica; pero bueno, a mi eso me da igual. Que más da si queremos ir a nuestra bola en referencia al meridiano. El cinco por ciento estimado que supuestamente ahorraremos en la facturación energética me la trae floja, es más, si es menester estoy dispuesto a pagar esos cuatro euros por adelantado. No me importa en absoluto si el cambio horario es impuesto en más de setenta países desde mil novecientos setenta y cuatro a raíz de la crisis de no sé que carajo del petróleo. Lo que sí me molesta, lo que realmente me jode, es tener que adaptar mi cuerpo a este cambio fortuito. Tal vez a la gente no le fastidie cambiar sus hábitos sesenta minutos, pero a mi me supone un par de semanas de incomodidad constante, veinte mil ciento sesenta minutos de caos orgánico y malestar inevitable.

¿Joder por qué cojones Benjamin Franklin decidió aparcar unos instantes sus amadas cometas y sugirió meter la zarpa en el puto horario?

El viejo Ben... con lo que molaba en Day of the Tentacle.

sábado, 28 de marzo de 2015

Gurús del fitness, entrenamiento I

Continuación de Gurús del fitness, dieta

Ya comes sano, es un hecho, estás dentro de un espiral eterno y no te apetece salir. Instalado en este punto por el momento de no retorno, te encuentras en una situación desconocida para ti. Nunca antes habías viajado a esta velocidad de crucero tan tranquila y placentera. Tus hábitos van acompasados con tu cuerpo a la perfección, siguen el metrónomo y jamás se cruzan. Nada distorsiona, no hay sonidos disonantes, todo fluye bajo la misma melodía, la escala anda bajo el mismo acorde. No hay mejor sensación que la de caminar por la senda correcta convencido que los otros caminos solo llevan a la destrucción. -Sí, mi paso es el bueno, el tuyo es erróneo y tropezarás, estoy seguro.- La seguridad con que afirmamos la opción que hemos elegido es directamente proporcional al menosprecio de todas las demás alternativas y no dudarás en implantar doctrina sobre ello a aquellos que anden buscando respuestas. En realidad el éxito de nuestro planteamiento se basa, en gran parte, en el auto-convencimiento de que lo hecho es ideal y no caben variantes. El subconsciente se vuelve un Gurú incontrolable dentro de tu propio cuerpo.

-¡Quiero más!- Insaciable de mi. -Deseo tener el cuerpo de una portada digna del Men's Health y con el estilo de vida que he escogido no es suficiente.- No basta con pasear por la playa y comer "sano", necesito esculpir este cuerpo rebosante de alimentos macrobióticos. -Unas Adidas pronadoras, y a correr.- Correr es lo primero que hacemos, pensamos que será fácil. -Los cordones sé como se atan, así que lo demás vendrá rodado.- Eso pensaba yo. No había corrido desde el colegio de chavalín y no lo relacionaba el cansancio. -Me voy a correr. -¿Cómo? -A correr. -¿Por dónde? -Hasta la Arrabasada y vuelvo. -Todo eso... ni de coña.- Valiente donde los haya. Hacía más de diez años que no dedicaba al deporte ni un solo segundo y quería hacer unos siete kilómetros del tirón. Como en la mayoría de los casos mi mujer tenía razón. No sé, quizás hice uno y medio, tal vez dos kilómetros seguidos y casi me desmayo. El corazón a punto de salirse por la boca; los latidos eran tan fuertes que ni siquiera mi ahogada respiración lograba taparlos. Volví con las orejas gachas a casa y esos ojos que tan bien conocía, una vez más volvieron a decir: -Te lo he dicho.-

No soy de esos que se rinden fácilmente y en un par o tres de meses cogí el ritmo, y de qué manera. Los sábados, los domingos, antes del trabajo, por la tarde... Forrest Gump a mi lado, un aficionado. Cuando tenía un rato, a correr. Pero el resultado no era el esperado. No se me marcaban los abdominales, esos trapecios hasta las orejas que veía en las portadas de las revistas no existían, el bíceps congestionado y vascularizado no salía de mi esmirriado brazo. -¡La piscina!- Pensé en un acto revelador. -Claro, el deporte más completo del mundo, todo son beneficios y vaya espalda tienen los nadadores. Así quiero, así.- Afortunadamente, mis padres desde que era muy pequeño me enseñaron a nadar y esto sí que realmente se me daba y se me da bien. No me costó nada coger un ritmo frenético devorador de largos. El fondo ya lo llevaba entrenando como "Runner" solo era cuestión de tiempo que esos dorsales en forma de uve brotaran de mi raquítica espalda. Mi nueva afición acuática no le quitó ni un segundo a mis entrenos de asfalto. Introduje mis sesiones de natación al mediodía. En el trabajo nos daban un descanso de dos horas, pero yo no las iba a descansar. Bañador ajustado, gafas, gorro y al agua. Sesiones de running cuatro veces por semana, piscina seis días y comiendo como un pajarito el saludable vómito de su madre y allí nada de nada, en lugar de músculos aparecieron los huesos pegados a la piel. Se esfumó el culo, el cuello apenas soportaba el peso de la cabeza, los tobillos desentonaban con la magnitud de los pies, las caderas solo servían de soporte al cinturón de los tejanos irremediablemente grandes.

Al salir de la piscina, al mirarme en el espejo del lavabo: -Joder, no puede ser, si vengo casi todos los días a nadar y me mato a correr.- Cuando de pronto: -¡PUMB! ¡PUMB! -¿Qué es esa sala? ¿Qué son esos golpes? ¿Oh, esa música? ¿Y esos gritos?- Me acerque cauteloso como un explorador al encontrar una ruta que no sale en el mapa. -¡Uaaah! ya ves, el gimnasio... esto sí que sí.- El sonido de unas mancuernas de treinta kilos cayendo sobre el acolchado suelo me había conducido hasta el paraíso del hierro. Pregunté al técnico que allí se encontraba si me podía hacer una tabla de ejercicios para cinco días a la semana. Entonces no me di cuenta, pero ese chaval de camiseta apretada y andares chulescos fue el primer Gurú con el que hablé. Me preguntó que objetivos quería marcarme, a lo que contesté: -Quiero ponerme fuerte. ¿¡Joder estoy en un gimnasio, no!?- Esto último lo pensé. Él cumplió su parte y yo la mía. El lunes cambie las chanclas por una camiseta de tirantes y allí estaba sin puta idea de lo que hacer. -Jalón tras nuca, remo con barra T, curl del predicador, patada con mancuerna, cruces de polea, multipower, barra Z, agarre supino, flexiones... ¡este sí me lo sé!- A cada minuto le preguntaba al monitor que era todo aquello escrito en esa ficha plastificada y como se ejecutaba. La típica gallina sin cabeza que corretea suelta por el matadero, esa era yo.

Pasaron unos meses y mi afición por la natación desapareció o más bien fue eclipsada por una rutina Weider. Aunque seguía corriendo como un galgo, no era este deporte el que me interesaba, la información que mandaba a Google buscar ya no era sobre qué comer antes de una maratón, ni de como rebasar los cuatro minutos y medio; ahora lo que calmaba mi sed era el aprendizaje de beber vorazmente la palabra que los atletas de fuerza me mandaban a través del router.

Continúa el 4/04/2015 - Gurús del fitness, entrenamiento II

sábado, 21 de marzo de 2015

Gurús del fitness, dieta

-¿Por qué pasar del sedentarismo absoluto a la actividad incansable? -Quién sabe.- No sé cual es el detonante que da el empujón y ata unas zapatillas deportivas a los pies. De pronto te encuentras en la mesita de la cocina con un calentito y reconfortante té verde entre tus manos. Así sin más, dejaron de haber cervezas en la nevera, pasó a la historia el armario de la glotonería placentera, caducó eso de recenar un vaso de leche y galletas hasta terminar existencias... -Pero, ¿por qué?-

Mi metabolismo antaño acelerado cual caída eterna hacia el vacío había cambiado, no carburaba igual, incluso a veces hacía la perla. Jornadas maratonianas de trabajo y noches brutales de ensayo, convertían esas calorías extra en combustible refinado que comprimía y hacía estallar mi cuerpo. No existía un ápice de grasa dispuesto a ser almacenado. Todo se quemaba, se convertía en fuego. Mi actividad seguía siendo una gincana constante, mi dieta de cantidades ingentes en carbohidratos de alto índice glucémico y grasas saturadas, incluso transgénicas, seguía siendo la misma. -¡Es mi maldito cuerpo el que ya no va acompasado!- Gritó el viejo joven resignado.

-¡Zas!- Te das de morros inesperadamente. Yo, un hectomorfo de manual, me encuentro un día andando de vuelta al trabajo con el viento de cara cuando la camiseta que llevaba se topó con algo inesperado. Una masa esférica de grasa y agua subcutánea empujaba la prenda de algodón que batallaba a contra viento. Mis ojos, pribilegiadamente posicionados, distinguieron con horror la imagen de tan portentosa barriga y entonces algo se activó dentro de mi. No me di cuenta de que relé se había activado hasta que, como he mencionado antes, sujetaba esa taza de té.

La primera fase la más sencilla, dieta. No hace falta comprar nada, no precisas de utensilios ni aparatos para llevar a término tu propósito, simplemente lo que has estado haciendo hasta ahora, no lo hagas. Un cambio de hábitos drástico y vencerás sencillamente. No sirve eso de ir poco a poco, ni aquello de: "El lunes en serio"; -Estamos a miércoles por la tarde y empiezo ahora.- Sé que tengo suerte, algunos dicen que es fuerza de voluntad, yo no lo veo así. A mi no me cuesta ceñirme a ningún plan que cumpla un propósito, por lo tanto no necesito la voluntad para llevar a cabo mi objetivo. Es todo pura auto-psicología, crea tu propio placebo y convéncete. Creedme cuando os digo que no hay cosa que me guste más que comer, y comer "bien" claro está, pero cuando me propongo unas pautas bien administradas no las salto, así de simple.

No es necesario asistir a ninguna clase impartida por el típico Gurú que dice ser el poseedor de la clave para la transformación de tu cuerpo sin ni siquiera esfuerzo; tampoco pagar cantidades absurdas de dinero al típico dietista que solo reafirmará lo que ya sabes. Si eres de esos que necesita derrochar el dinero para así tomar el camino pautado seriamente, me compadezco y a la vez te animo a que cambies esa forma de entender la voluntad. Lo primero que hacemos es plantear nuestra dieta; nos lo tenemos que currar. Hay que tirar de Excel si es necesario, no escatimemos en recursos. Tantos por ciento, gráficos, estadísticas, todo bien detallado. #Comida1, #Comida2... al lado de cada alimento el peso y seguidamente las calorías totales desglosadas en los tres macronutrientes. Es muy importante dejarlo todo claro, contra más intuitivo mejor. El éxito se basa en el orden y debemos ser ordenados en todos los aspectos. Hoy en día es muy fácil conseguir información y tus excusas solo reafirman la inevitable derrota.

Pasado un tiempo siguiendo la dieta, si no te has engañado a ti mismo/a, verás los resultados y ten por seguro que vas a querer rizar el rizo. No sabrás hasta que te encuentres en el ajo en que grupo posicionarte; el surtido es amplio y variopinto. Desde la actual moda del "raw food", pasando por los que simplemente sienten pánico por los hidratos, el grupo en el cual te instales licuará el fluido de tu ser como espinaca de un zumo verde.

Como sé que en esto de las dietas es muy importante, a la vez que algo morboso, contaré mi experiencia personal. A mi me dio por comer lo más sano posible. Verduras de proximidad cocinadas lo mínimo posible para no perder su valor nutricional, harinas ecológicas con las que elaborar el pan con masa madre natural alimentada como si fuera mi propio hijo, carnes procedentes de la ramadería sostenible de la zona, pescados solo del Puerto de Tarragona comprados directamente en la lonja... todo controlado al máximo. Cantidades, alimentos y cocción eran sometidos a un exhaustivo examen constante. Cero grasas, cero productos procesados, todo natural, sin sal y con el aceite justo para saciar las necesidades básicas del organismo. Leído así parece una idea cojonuda, el plan de vida que todos deberíamos llevar... -Ahora prueba ir a comer por ahí... no puedes.- Las limitaciones que impone la sociedad serán tu máximo contrincante. -¿Ah, te traes el tupper? -Sí. -A ver, ¿que llevas...? -¿Quinoa con guisantes y un poco de pollo hervido? -¿¡Estas enfermo!?- Impiden seguir el plan, te tachan de enfermo, de demente, no entienden que lo que antes era una "dieta" ahora es un estilo de vida y no quieres abandonarlo. -Menos mal que no le he dicho que de postre tengo kefir.- El placer de sentirte a cada momento bien es lo que empuja a seguir adelante. Aunque es la sociedad con sus prejuicios los que crean el fondo de la decisión al cambio, es esta misma la que no deja alcanzar el objetivo que ves claramente. -¡No estoy a dieta, sigo mi dieta!-

Todas las dietas, ya sean para adelgazar, mantenerse o subir de peso se basan en el bienestar físico en todos los aspectos, y lamentablemente en la fachada concretamente. El como nos vemos por fuera, sigue predominando al como estamos por dentro. La envidia, aunque sea sana, y el afán de comparación insaciable hacen dar automáticamente el siguiente salto a la fase dos: el entrenamiento. Sí bien los "Gurús" hasta ahora no han aparecido más que en pequeñas pautas del tipo: -No tomes azúcares por la noche. -Si te pasas el fin de semana, un par de días a base de piña y solucionado. -No, no, solo proteínas. -EspecialK que es muy completo. -Pues sáltate el desayuno. -Ocho litros de agua, como mínimo. -¿¡Sal!? Ni hablar.- Es a partir de aquí donde estos dan del "Do" de pecho y proclaman ser el mesias que está dispuesto a impartir doctrina a su rebaño.

Continúa el 28/03/2015 - Gurús del fitness, entrenamiento I

jueves, 19 de marzo de 2015

martes, 17 de marzo de 2015

Tweet dietético

Repasando mi Twitter hace un rato, he leído uno mencionado por una cuenta relacionada al mundo del fitness que me preguntaba: -¿Qué cenar para adelgazar?- Luego adjuntaba un enlace. No me ha hecho falta pinchar en él porque la respuesta me ha pasado por la cabeza de inmediato. -Si quieres adelgazar, no cenes.-

El asunto de las dietas... se nos va de las manos.

sábado, 14 de marzo de 2015

¿Continúo obsesionado?

-Una idea que no eres capaz de apartar de tu mente. -¿Perturbación quizás? -Sí, en definitiva es un bloqueo que perturba tu consciente e incluso el subconsciente. -Un deseo que eclipsa el amanecer del resto de tus pensamientos. Y como sentimiento podríamos decir que no abarca solo a uno sino a múltiples y bien distintos. -Sí, quizás los primordiales y más caóticos sean el de miedo que evoca una ansiedad perpetua mientras el sujeto siga atrapado en esa mentalidad fija. Más allá encontraríamos la satisfacción y el placer a conseguir aquello con lo que uno se obsesiona. -Así que, ¿cuando obtienes el resultado esperado la obsesión se diluye en él?-

Como diría mi querido amigo, ya sabe que me refiero a él, "la cabra siempre tira al monte". Han pasado ya más de cuatro años desde que enfundé mis baquetas y las enterré para nunca más volverlas a ver. El hartazgo con el que acabé mi andadura por el mundo musical, detonó en el rechazo más absoluto a la pasión que yo sentía por mi instrumento que en tantas ocasiones me había llegado al alma como nunca antes nada lo había hecho. -Un traidor, eso es.- Traicioné aquello que nunca me fallaría, aparté de mi vida de un brusco porrazo la gloria de los compases y el tempo. Desprecié infinidad de momentos donde el disfrute, en su máxima expresión, era lo que tiraba de mi con la fuerza brutal caminante de un ritmo bajo el umbral del metrónomo a negras. Más de diez años de placenteras sensaciones detrás del cálido sonido de un crash de dieciséis pulgadas y un ride de veintidós, que hacían de un estribillo mediocre el erizador de bello más eficiente, desechados sin más. No importaba todo lo que me había dado, mi cansancio era tal que incluso en alguna temporada dejé de escuchar, como antes lo hacía, la música que tanto amaba. -¿Como llegar a este nivel de amargor en un fruto tan dulce? -La respuesta tiene varios factores.-

No me considero un genio de la bateria, más bien soy un batería del montón. Aunque parezca que es un instrumento minoritario y difícil, cuando estás en este mundo ves que mejores que tu los hay debajo de cualquier piedra desapercibida en el camino. Cuando digo "piedra" me refiero a cualquier banda. Hay infinidad de grupos, incluso en tu barrio los hay, que sus componentes son unos virtuosos de sus instrumentos. Magníficos guitarras, excepcionales bajos, tremendos baterías en cualquier local de las afueras de la ciudad, pasan inadvertidos en un mundo donde las multinacionales discográficas licúan nuestras mentes con ritmos pegadizos y acordes repetitivos. La fórmula del éxito es impuesta en radioformulas que repiten y repiten centenares de veces el hit que debe triunfar. Detrás de esos temas, que todos conocemos, hay un proceso donde productores y managers deciden por nosotros lo que debe o no gustar. Controles minuciosos y grandes estudios basados en experiencias anteriores, hacen de una cara bonita y una canción monótona, una melodía que servirá, en un periodo de tiempo muy breve, a pasar las mañanas de trabajo más llevaderas. Yo soy el primero en que alguna de estas ofertas me atraen. ¡Joder! la gente que las idea son unos profesionales y hasta a mi me atrapan, es su trabajo. Toda esta industria ya no dedica tiempo a descubrir nuevos artistas con buen material propio, prefieren coger a cualquiera y convertirlo en el reflejo de la demanda temporal que la sociedad reclama. Para que lo entiendas mejor, es como elaborar la canción del verano en un verano perpetuo. ¿Por qué crees que hay cientos de "cantantes" que sacan un single y no se vuelve a saber nada más de ellos? Ni siquiera ese single dura mucho en convertirse en un rítmico residuo aprovechado por cadenas de segunda. La gran mayoría de músicos son como yo, personas que no se dedican plenamente a la música, o más bien que no viven de ella. Lo que vemos es solo un estereotipo impuesto. El músico que realmente ama la música es el que la entrega desinteresadamente.

Cuando la meta obsesiva que tienes grabada a fuego en tu mente pasa por el trayecto hacia la profesionalidad de ti mismo y te enteras de la realidad política que tiene el sector artístico en el cual tu amablemente colaboras, tiras la toalla. No puedes ser tan iluso de no ver lo hipócrita que eres. Jamás podrás alcanzar el punto donde tu obsesión acaba básicamente porque no depende de ti. Aunque te esfuerces al máximo y logres convertirte en una aleación de Terry Bozzio, Thomas Lang, Mike Portnoy y Virgil Donaty, si no te encuentras con la casualidad de estar en el momento preciso y en el lugar adecuado, da igual si tus sonidos percusivos llegan a Dios y hacen tambalear los mismísimos cimientos de la Tierra. Nadie se enterará. Toca asumir que tu tiempo es tan valioso que no merece la pena desperdiciarlo en un objetivo inalcanzable.

Sé que es por mi forma de entender la vida. Si me percato de que soy incapaz de ser el mejor, o al menos de dejar una huella imborrable, pierdo todo interés y sin pensarlo demasiado acabo con todo y de raíz.

Han tenido que pasar más de cuatro años alejado de mi gran obsesión para darme cuenta de que esta ya no es tal, sino que ahora se a convertido en una pasión. Realmente volviendo la vista atrás siempre lo ha sido, pero me equivocaba con el término. Sí mi gran pasión, ¡la batería! Vuelvo a sentirme completo al acabar mis extremidades inferiores en un doble pedal Iron Cobra y mis superiores en unas Vic Firth 8D. Vuelve el Pelusa de siempre, el genuino y auténtico, el que siempre fue... y será.

Te preguntarás cual es el detonante, pues bien, no hace mucho fui a un bolo donde actuaban el guitarrista y el bajista de mi antiguo grupo, presentaban los nuevos temas de su banda. Desde el primer compás supe que el sonido que andaban buscando ellos dos, no era ni de lejos lo que estaban entregando a los oyentes. Cuando pasas tanto tiempo juntos en la sala de ensayo, creas un vinculo indestructible con el resto de componentes. Sabes cuando las cosas no funcionan, sabes cuando no acaba de sonar y yo desde allí abajo, lo notaba. Algo fallaba, me sentía incomodo escuchando las bases rítmicas y sabiendo que yo las haría diferentes. Al plantearme esto y ver que la química seguía viva, volví en si. Desperté del coma que yo mismo había inducido y choqué de nuevo con la más anhelada de las realidades. -¿¡Qué hago aquí abajo, si debería estar ahí arriba!?-

Varios factores me han llevado hasta aquí y doy gracias a todos ellos. Las experiencias recibidas en cada uno de los momentos ha sido un aprendizaje constante. No me arrepiento al haber estado más de cuatro años alejado de la percusión, y aun sabiendo que hoy podría ser cuatro años más bueno, ya no quiero ser el mejor, ni dejar huella, solo quiero divertirme.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Tarareador

Si hay alguna cosa que me pone más nervioso que lo mencionado en la entrada "¡Que vuelvan los loros!", es encontrar a un "Tarareador".

Son aquellas personas que tararean, a pleno pulmón, alguna canción que solo sus perturbadas mentes conocen.

-Oiga señor, estamos todos los aquí presentes calladitos y a nuestros asuntos, le aseguro que nadie quiere escuchar los sonidos sin sentido que su gutural garganta emite.-

Un día tras otro, un día tras otro, un día tras otro...

sábado, 7 de marzo de 2015

6 meses de #BREVES

Breve pero intenso, así soy yo; bueno hay veces que busco el recorrido más largo y placentero, pero no vayamos a entrar en esos fangos, quizás en otra ocasión. Sí, la brevedad siempre atrae más que el longevo camino, siempre es mejor obtener el resultado cuanto antes. -¿A quien le gusta pasar por el infierno del sendero si tiene la opción de posicionarse en la cima de inmediato?- La rapidez de información, la rapidez de movilización... lo queremos ya, no podemos esperar, ¡no queremos! Cierto es, que en algunas ocasiones se agradece la incertidumbre del viaje hacia el destino. Ese desconocimiento de la fecha límite, pone. La satisfacción de habértelo currado, mola. Compararse con el resto de sufridores y verte algo por encima, gusta. Así como la comodidad de la rutina, unas veces odiada y otras tan llevadera como repeticiones de la misma, hacen que la costumbre agrade por ser solo eso, costumbre. -Aunque sé que es más corto, elijo este que ya me lo conozco.- ¿Pero si existiera esa pastilla? Ya sabes a que pastilla me refiero, aquella con la que aprender ese idioma cuesta tanto como llenar un vaso de agua. La que hace desaparecer esos panecillos que envuelven tu cintura en menos de lo que abres el blister. Esa que hará que tus hijos devoren y den gracias por el plato de judías verdes hervidas que les espera después del colegio. Tan fácil como tragar y ya. ¿Quién podría resistirse? La gente hipotecaría su esfuerzo a cambio de una vida plena y a la vez vacía; daríamos nuestra vida por ese "ya".

Cuando digo "breve pero intenso" me refiero a que las cosas no deben durar demasiado. No puedes estar eternamente echando el resto. Cuando vas a por todas no se ha de prolongar el tiempo ya que será proporcional a la motivación decreciente, y la motivación son los cimientos que sostienen la lucha para llegar a la meta. Sí, así soy, apuesto al máximo pero sé que si no veo resultados cercanos, pereceré.

Algo directo, conciso, comprimido en apenas unas lineas; situaciones de mi día a día. Movidas que se me ocurren detrás de la pantalla de soldar, historias que me vienen a la mente al ver los transeúntes pasar a mi lado, sucesos vividos en primera persona, sentimientos escritos en el punto álgido de estos... en resumen mi más sincero yo redactado en seis meses. ¿A quién no le gustan los #BREVES?

¡Cuidado! los párrafos a partir de ahora no se relacionan. Sigue leyendo y ya verás...

Todo empezó con "Entrevista", quería poner información a primera vista para la gente que visitara el bloG se hiciera una idea a que que enfrentaba, entonces pensé que una entrevista, de esas que se publican al final de los periódicos, ¡no sé! de un músico publicando nuevo disco o un escritor su novela, era una manera entretenida de leer y enterarse de ese proyecto que el entrevistado presentada, y ni corto ni perezoso así lo hice. No lo he visto en ningún sitio más, así que al menos puedo decir que original es. También juego un poco con mis dos "yos", Gerard Viñals Hurtado como personaje serio que entrevista al alocado Gerard el Pelusa Hurtado el artista, que a la vez es su antítesis.

Esas situaciones desagradables que sin previo aviso invaden tu intimidad y perturban la tranquilidad con la que deambulas por ahí. ¿No se dan cuenta? -Molestáis amigos, molestáis. No, no penséis que sois más "guais" por haceros destacar con acordes a negras sincopados escuchados por un altavoz ridículo cadente de graves. Hacéis el puto ridículo, enteraros. A quien coño imitáis... si lo hubiera hecho yo en los noventa, imitaría algún personaje del Bronx de alguna película y colocaría un buen loro sobre mi hombro, pero vosotros, ¿de que vais? ¿Es de cosecha propia? ¿Vuestras mentes quedaron atrofiadas y deben sanarse con cánticos saturados?- No lo entiendo, por eso exclamo: "¡Que vuelvan los loros!".

Puedo hablar de ello, nadie me lo impedirá, se lo que escribo... yo era uno de ellos. Pertenecía a la secta de los "Runners", correr, estar en forma, correr, estar en forma, correr, romperse, correr, sigo roto... Obsesión y no precisamente de las benignas. Ahora, lo mejor de todo es el desprecio con que miras al resto cuando rebasas algún tiempo y consigues una marca envidiable. Que mundillo más ruin. -Todos me parecéis mediocres. Menudos vagos... utilizáis vuestro cuerpo de forma nefasta. Sí nefasta, le pertenecéis pero él a vosotros no.- En cincuenta y cinco kiletes me quede gracias a ser un apasionado de este deporte. Un palo con ansia de un kilometro más, de bajar los cuatro minutos... un saco de hueso y soberbia.

Me encanta escribir sobre estas situaciones. Momentos en que la felicidad pasa en cuestión de segundos a transformarse en el llanto más hondo que aclama lo más profundo del corazón "Llévame". 

Mensajes de texto... ¡joder! y ahora con los emoticonos... jamás he añadido uno de ellos en las "conversaciones" que he mantenido a través del móvil. ¡Hostia!, si hasta hemos echado a peña del grupo por mensaje; me refiero al grupo de música, no a los de WhatsApp. Pensaréis que soy un bicho raro pero no acabo de ver esto de los "SMS". 

Mira, de los nervios... y cuando miran a través de la ventana de la oficina, medio escondidos al filo del marco, espiando cautelosos de no ser observados por uno de sus mugrientos trabajadores qué, ¿qué me decís?  Somos su ganado, sus hormiguitas obreras trabajando para que la divina reina, llamada empresa, engorde de avaricia hasta reventar. Sus obreros, peones prescindibles a merced de la gran mano la cual debemos venerar. ¿Ahora me vienes con "Nos sentamos y hablamos"? Cuando vengas tú a que esto debe acabarse si o si para mañana a las ocho, te recordare eso de "cuando tengamos un momento". Vergüenza. 

¡Glorioso! Seré uno de ellos, seguro. Me imanan a la par que me producen odio y eso es fascinante. Cuando sea un "Pureta en el gym" seré el vivo calco de esta entrada. 

Vaya con el "¿Pan?". Quien iba a decir que un producto tan básico iba a transformarse en un alimento tan maravilloso. Bueno en cierta manera siempre lo ha sido, pero el degenero que ha sufrido ha sido el auge de su lado más auténtico. Habíamos dejado a un lado el recuerdo de esas barras de cuarto del auténtico pan de Castilla y nos entregamos a las ridículas baguettes que han ido transformándose en un chiste de ellas mismas. Vale que en las gasolineras ahora hay de todo, vale que en los quioscos vendas ese producto de harina procesada, pero por el amor de Dios, no lo llamemos pan, los panaderos merecen algo más.

La típica escena cotidiana que abre un universo en tu mente y hace que replantees tu existencia desde la base. Así como suena, esto puede pasarte esperando a que el "Semáforo" cambie de color y lo que parecía un día gris sin apenas una mínima dosis de color siga siéndolo, pero los negros se ven más negros y los blancos más blancos.

-No se por qué, pero noto que me vendo de puta madre... debería ser publicista... Tengo que escribir sobre ello.-

jueves, 5 de marzo de 2015

Runners, la leyenda

... y sin salir del gimnasio...

Esa mirada, punzante como un picahielos bien afilado clavado en la nuca, cuando me cruzo con un Runner legendario antes de empezar su sesión de tarde, no tiene desperdicio.

-Tranquilo, ya sabemos que te has hecho a ti mismo, pero una vez más exponlo ante todos. Sabemos también, porque nos lo recuerdas cada vez que compartimos vestuario, que solo te relacionas con los de tu casta. Te gusta alardear a viva voz de tus logros bien administrados en tu "Garmin" último modelo. Mencionas esa carrera extraordinaria que cada fin de semana es renovada por una aun más gloriosa. Tu diadema, que aleja la melena de tu frente, necesita de un espejo para su estratégica posición, no son minucias. Utiliza los dos metros de banco, tranquilo; extiende el surtido de florescentes colores, que hacen de tu uniforme un llamativo y grotesco aviso de: SOY UN RUNNER LEGENDARIO. Esas zapatillas que guardas con gran temor al desgaste, son las mejores; sí, una vez más lo sabemos, estamos bien enterados de que no hay otras iguales, has encontrado tu alma gemela introducida en un zapato técnico, felicidades. Y por último, aquí estoy para que me juzgues, a tu disposición, crea un concepto de mi y regodéate... como yo lo hago.-

martes, 3 de marzo de 2015

Desesperación

Todos hemos visto, escuchado o leído, la típica escena en que a un tipo se le resbala una viscosa pastilla de jabón de entre sus manos mientras está en unas duchas comunitarias y al agacharse a recogerla, deja al descubierto su más preciado orificio, invitando a ser profanado por otro compañero de higienización corporal. Hago una corta mención de ello en "Macarrillas de cartón" para que te hagas una idea, aunque no te hará falta.

Ayer en el gimnasio la persona que se encontraba a mi lado mientras me daba una fresca y reconfortante ducha, utilizaba uno de estos resbaladizos y compactados jabones. Quizás es la primera vez que veo a alguien utilizando tal peligroso instrumento. Claro, no he podido evitar pensar en la situación anteriormente mencionada cuando de pronto, ese acontecimiento ficticio se convierte en realidad. Fue entonces cuando lo vi. -¡Dios mío, arráncame los ojos!- Sí, vi ese nicho oscuro, vacío y peludo... -Joder, no puedes agacharte de otra forma; dobla tus rodillas y evita estirar los femorales. Nadie quiere hacer espeleología en semejante cueva respingona.-

Poco después de tal suceso, de vuelta al trabajo, comprendí la desesperación de aquel que puede llegar a reverenciar una posadera inmunda por falta de contacto carnal.

-Jamás volveré a ser el mismo.-