sábado, 18 de abril de 2015

Ve hacia la luz

1. Acabaste toda una vida de sufrido dolor y llegó tu merecida muerte. Tuviste la oportunidad de escoger, al fin, el descanso de toda esa agonía pero no, demasiado tarde. Hasta te ofrecieron la paz y la negaste. Interminables años sedientos de dolor te han abierto una brecha incurable a la cual te has acostumbrado; incluso afirmas que sin notar los sentimientos más crudos en lo profundo de tu estomago, no podías vivir. Buscabas a cada momento el aliciente necesario para convertir un amanecer prospero en tu apocalipsis personal, y no dudabas sumergir en esas sensaciones viscerales a cualquiera que se dignase a invadir tu senda. Ahora ya muerto, anhelas el calvario de tus días por un camino ruinoso, y no quieres desprenderte de ello jamás. Decides quedarte en el purgatorio donde los demonios te impartirán sabiduría y cederán su poder como premio al horror soportado durante todo este recorrido. Sí, parece el pacto idóneo para ti, un pacto entre semejantes, un pacto que ambos acariciaréis. -Anduve sembrando el caos en un mundo donde no era comprendido. ¡Merezco una recompensa! Entrégame a las tinieblas y conviérteme en un miembro digno de tus filas. Ayúdame a cobrar en sangre el pago y transformaré en impuras las almas que posea, entregándote todas y cada una de ellas.-

La maldad se acumula al paso de las décadas. Las paredes que te rodean no son más que el vacío absoluto y deambulas bajo la apariencia de un espectro dispuesto a compartir aquello que más conoces y aprecias, la angustia. Repartir un trozo de este sentimiento a todos aquellos que osen acercarse a ti, es el único deseo que hace mantenerte en un estado latente de energía malévola.

En la ténebre oscuridad permaneces en un estado de alerta constante, esperando a que alguien produzca esa llamada invocando tu presencia. La vulnerabilidad de todos nosotros nace en el desconocimiento de tu existencia, lo sabes bien, y no dudas en jugar con nuestras mentes confusas cual maestro de marionetas dispuesto a entretener a un público compuesto de sangre, fuego y azufre. La cautela no nos previene de ti, te menospreciamos, y es para ti insoportable. Cuando ocurra, convertirás los días de tu elegido en un infierno y sabedor de que nadie entenderá nada de lo que le está pasando, lo condenarás a vivir en solitario invitándole a abrazar en cada momento la tan deseada muerte. Un pensamiento, una sensación que abra la puerta de su alma y te colaras sin hacer el menor ruido; una vez dentro, bien instalado, desatarás con cólera el poder que tus maestros demoníacos te han otorgado y acabarás con el huésped sumido en la pena que consumirá su espíritu. -Suplicarás morir y tus rezos serán vetados.-

2. Esos ruidos que perturban la noche y te sobresaltan convirtiendo tu plácido sueño en una pesadilla no son reales más que en tu mente. Todo empezó aquel día, cuando te sentiste abandonada al amparo del destino. La realidad de la mayoría es ajena a la tuya, no vais por caminos paralelos; cada vez lo asumes con más certeza. Te ha tocado recorrer, a partir de aquí, sola el camino y nunca te cruzarás con nada común para el resto. Las largas horas encerrada en casa esperando a que esa sensación desaparezca, convierten tu trayecto en un martirio existencial. No puedes hacer nada, la sociedad te ha dado la espalda, estás a la merced de aquello que te atormenta y la mera aceptación de esta realidad incrementa la fuerza de la oscuridad que te envuelve cada vez más. Ya no son esas pesadillas que ansiosa intentas dar explicación, no puedes negar la realidad, las pruebas son evidentes; aquello que resuena en lo más profundo de tu cabeza no forma parte de ti, es ajeno, y no debería estar esculpiendo tus pensamientos. La hora de aceptar que no es producto de tu imaginación ha llegado. Estas sola, te sientes sola, desamparada. Sabes que si te entregas, no podrás dar marcha atrás y acabará por absorberte definitivamente. Tu consciencia pasará a un segundo plano quedando ocupada por el ente y solo contemplarás el dolor recibido hacia tu cuerpo abandonado a su merced. No puedes más, no lo soportas, quieres arrancarlo... la rendición es la única salida. La lucha ha sido exhausta y ha acabado con toda fuerza, debes admitirlo... te ha vencido.

-Lo que me brindas es claro, todo puede acabar si acepto lo que se me ofrece. Un cambio lúcido y consecuente, firmado con mi propia sangre, mi alma por el descanso eterno. Acepto.- Te dejas ir y sabes que ya no depende de ti. Pero el trato con el mal no ha sido el esperado, ahora le perteneces. Tus carnes hoy vacías, exentas de vida, han sido ocupadas por la codicia perversa y sádica. No te dejará escapar, estás atada a él y las cadenas que os mantienen unidos están forjadas en el mismísimo infierno. Permanecerás inmersa en el tormento impuesto hasta que decida acabar con el último aliento de tu deteriorado cuerpo. Sabe como alargar el suplicio sin dejar que el fin llegue; han sido demasiadas décadas impartiendo la amarga angustia. No conoce más que unos sentimientos tan crudos que hasta no verlos, eres incapaz de imaginar. Él te los enseñará permaneciendo en la máxima crueldad. Es su alimento, la maldad por la maldad. Cuando llegue a secar la última gota de tu escasa energía vital, volverá al letargo, donde cada segundo incrementará su deseo devorador de almas con el afán de entregar el dolor eterno. Nada puede acabar con él. Su poder se instala en cada uno de nosotros, es la condena impuesta por abrazar el odio de la humanidad.

3. -La trajeron al hospital psiquiátrico cuando ya no se podía hacer nada con ella. Los supuestos exorcismos acabaron de aislarla de la realidad. En mi opinión esos presuntos curanderos de Dios, le dieron la excusa necesaria para desarrollar esa doble personalidad y se aferró a ella dejando este mundo, el mundo que usted y yo conocemos, el que envuelve esta sala, para alejarse al lado más oscuro de su mente que con la ayuda sagrada había creado. -¿Qué le comentó sobre el asesinato, en los momentos donde usted afirma que se encontraba lúcida? -Me contó que escuchaba esas voces mientras sostenía en su mano el cuchillo causante del destripamiento. No paraba de decir que le obligaron ha hacerlo, que era incapaz de negarse a la sed de sangre. -¿Sed de sangre? -Así lo mencionó ella. Según me dijeron posteriormente los sacerdotes, el demonio que le había poseído y manejaba su voluntad, necesitaba del derramamiento de sangre para crear el poder necesario para seguir existiendo. -Interesante... ¿Cómo se comportó al empeorar? -Empezó a desarrollar actos suicidas que evocaban siempre a la automutilación con tendencias autoantoprófagas. Se desgarró la mano izquierda y tuvimos que amputar. La encontramos arrancándose trozos de su pierna con los dientes y parecía disfrutar al tragar pedazos de su propia carne. Se golpeaba la cara en las paredes y parecía no notar dolor físico... en fin, barbaridades. Bebía su propia orina de manera obsesa. Hablaba idiomas pasados, de manera erudita mientras su cuerpo se contorsionaba entre sufridos espasmos... -¿Cómo explica eso? Lo de que era capaz de dialogar en lenguas que nunca tuvo oportunidad de aprender. -Bueno quizás los curas, al recitar alguna de sus oraciones... no sé, supongo que ella interiorizó esos rezos y lo reflejaría entonces. -Continúe por favor. -Practicaba dolorosas obscenidades sexuales constantemente. La violencia se convirtió en su forma de expresión. Lo poco de humano que le quedaba dentro, solo se podía observar pocos segundos después de desmayarse. -¿Cuándo decidieron sedarla? -Cuando una noche se desató y casi le arranca el brazo a mordiscos a la enfermera que le cuidaba. No mostraba el más mínimo sentimiento de afecto; esa enfermera, la lavaba, le daba de comer, ¡estaba con ella todo el tiempo!... se le abalanzó, y... bueno... no tuvimos más remedio que aislarla, por su seguridad y la nuestra claro. La manteníamos sedada todo lo que podíamos. Su negación a comer no dejaba opción y el suero no le surgía efecto. El cuerpo no lo soportó más, se consumió y murió de inanición... Dios sufrió hasta su último aliento la pobre. -¿Qué diagnosis daría usted que ha sido su doctor estos seis últimos meses? -Nunca antes había visto este nivel de esquizofrenia... de paranoia... de trastorno... de demencia... sí, se podría decir que estaba clínicamente demente.-

9 comentarios:

  1. Wow... se me han puesto los pelos de punta!!
    Qué horror...
    Me he quedado sin palabras. Y me ha encantado.
    Un saludo!!

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  2. Menudo cambio de registro!! Este texto es muy diferente a todo lo que te he leído hasta ahora, pero me ha gustado mucho! Eres un chico versátil literariamente hablando ;)

    Muy bueno, aunque ahora tenga pesadillas por tu culpa :P

    Un abrazo!!

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    1. Muy amable Julia. Parece que tantas horas invertidas viendo cine de terror ha servido para algo, jejeje.

      ¡Abrazos!

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  3. Me fascinó la forma en la que escribiste el relato. Me pareció fascinante y las imágenes son lo suficientemente fuertes para darme escalofríos. Muy bueno. Saludos...

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    1. Muchas gracias Jorge. Debo confesar que me costó encontrar una imagen que fuera impactante y a la vez escalofriante. Me topé con esta por ahí; no he indagado sobre ella así que no se a que debe ir referida, pero creo que encaja bien con el relato.

      ¡Un saludo amigo!

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  4. Cuando empezaste este relato no imaginaba que llegará a transmitir tan claramente los sentimientos de los tres protagonistas. Una vez más lo has clavado. Muy logrado el enfoque que le has dado, no se ve a menudo. La mejor para mi la tercera historia; el medico debía flipar con la evolución de la chica "demente".

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    1. Cierto es que acabó cogiendo forma una vez terminado por completo, fue una sorpresa también para mi.

      Estoy pensando en desarrollar cada una de las historias por separado, creo que puede quedar algo guapo.

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  5. Un rotundo e inmejorable cuento de terror.
    Las imagenes son muy poderosas, potencian cada historia al limite. Un recurso muy bien manejado.
    Por demás inquietante.
    Felicitaciones Gerard.

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