miércoles, 31 de diciembre de 2014

Évola

Hay personas que agradecen cualquier catástrofe en el continente Africano, porqué creen que una vida menos, es un problema menos.

¿A caso piensas que lo sucedido en África, sería parecido en cualquier otro continente? ¿Cuando se empezó a dar diferentes valores a las mismas vidas? ¿Por qué hay un color más barato y prescindible?

Un mal negocio para acabar el año.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Feliz Vanidad

-Es navidad en Jerusalén y en navidad matan también. Jesusito ya va a nacer, que te pille un palestino, cacho cabrón, y que te cuelgue de un pino.- ¿Qué tal esta otra? -Millones de abetos cortados por una estúpida tradición, que luego acabarán tirados en la basura, en cualquier lado. Luces por toda la ciudad para intentarla disfrazar, anuncios de paz y hermandad que después ya de nada valdrán.-

Estas dos estrofas son de una canción de Soziedad AlkoholicaFeliz Falsedad. Las siguientes, como no podría ser de otra forma en estas fechas, pertenecen a un Villancico pero de Ska-P.

-Jesucristo era un tío normal, pacifista, intelectual. Siempre al lado de los pobres, defendiendo sus valores, siempre en contra del capital.- Y así reza más adelante. -Fue la iglesia la que se lo montó y de su muerte un negocio creó. El vaticano es un imperio que devora con ingenio predicando por la caridad.-

En su momento fueron dos grandes canciones y siguen llenas de significado. La primera incluida en el álbum "Directo - 1999" y la segunda perteneciente a "Eurosis - 1998", son un par temas que bien analizados muestran un festivo atuendo, el cual nos ponemos voluntariamente, repleto de banalidades.

Más allá de mi fobia a los actos sociales donde se reúnen más de dos personas, ya sean celebraciones de cauce festivo y agradable o reuniones de cualquier otra índole, diré que estás fechas son las que me producen mayor pereza.

Las Navidades te rodean, envuelven tu ser en un baño extraño de emociones. Al respirar, el aire se nota diferente por alguna extraordinaria razón que une nuestras auras de forma colectiva. Entramos en simbiosis con el resto de la colmena y eso hace que el ambiente se note enrarecido, diferente al resto de los días. Las calles se llenan de gente arrastrada por el entusiasmo generalizado y aunque quieras pasar desapercibido y te mantengas alejado de la orilla, la marea sube de tal forma que llega a salpicarte. No puedes escapar de esa sensación. La sociedad la acepta y tu eres parte, te guste o no, de ella.

Exactamente esto es lo que me jode de esta época del año. Relacionarme con gente que, sin querer, me va a contagiar su aparente estado de ánimo, dejando mi voluntad al descubierto y quedando a merced del flujo de su energía desprendida. Odio que me impongan ese cambio, no quiero formar parte de esa mentira, pero es inevitable. No puedo luchar contra ello, aunque me resista con todas mis fuerzas y me encierre en el lugar más tenebroso de mi mente, llegare a ser uno más entre ellos. Poco a poco yo también me transformaré y contagiaré a cualquiera que se me presente.

Nuestra tradición, nuestro folclore y todas estas sensaciones, son aprovechadas por las multinacionales, como la carroña que dejan los leones para los buitres y no hacemos absolutamente nada. El consumismo mueve un mundo capitalista y nos ciega el camino sobrio de lo necesario. Regalos, cenas portentosas, elegantes y caras vestimentas... son sinónimo de una cultura pobre, que va dando bandazos sin seguir una meta clara. ¿Por qué escudarse bajo la apariencia? Aparentamos vivir en un mundo feliz y olvidamos nuestros genes autodestructivos. Aparentamos ser felices cuando vivimos sumergidos en el odio constante de nuestro lado más oscuro. Abre el objetivo, abre el campo de visión... deja de mirar por la mirilla preestablecida y verás el caos que te inunda. Por una vez seamos fuertes y enfrentémonos cara a cara a nuestros problemas, no los volvamos a tapar bajo el manto llamado navidad.

Y vuelven a aparecer ellos, en fin... ¡la Iglesia! Aunque seas el ateo más confeso del reino de los cielos, estás en él. Ya puedes celebrar la navidad porque te guste pillar un buen ciego justificado, o prefieras pasar un buen rato en familia junto al fuego de la chimenea, formarás parte de este poderoso colectivo. Las redes de la Iglesia lo pescan todo, están en todas partes, en todos los caladeros. Meten su dorada cuchara y la sacan bien colmada. Vamos a ver, ¿qué porcentaje de población celebra la navidad bajo el umbral del Catolicismo y no es un hipócrita? Te contesto ahora mismo: NADIE. ¿A quien conoces que por estas fechas, entregue toda su voluntad al prójimo? Yo no conozco a nadie. La palabra de Dios es "entrega". Entrega tu alma, entrega tu cuerpo, entrega todo lo que tengas, despréndete de lo innecesario y si alguien necesita algo de lo necesario, entrégaselo también. Da tu vida a cambio de nada y vendrá el mismísimo Dios a buscarte con su celestial Rolls Royce Phantom. Por favor, seamos sinceros. A nadie le interesa, ni a ellos mismos les parece interesante, dar sin recibir nada a cambio. Entonces ¿por qué dejamos que nos marquen como a ganado? A sí, lo había olvidado, seguimos mirando por la mirilla preestablecida.

El minúsculo agujerito en el cual clavamos nuestro ojo y no perdemos detalle de nada de lo que asoma. Así nos va bien... a mi me va bien... entonces, ¿¡para qué cambiar!?

jueves, 25 de diciembre de 2014

A new concern

¿Ta has fijado en la nueva moda de escribir cualquier mierda en inglés, para que quede mucho más kitsch? Qué asco de gente...

¡Merry Christmas Manué!

martes, 23 de diciembre de 2014

Prespectiva

Dentro de poco, al celebrar con alguna comida portentosa las fiestas Navideñas, oirás decir: -¡Deja de comer que te estás adelgazando una barbaridad!- 

Mierda me he liao.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Macarrillas de cartón

Se sienten atraídos por mi como las abejas al polen. El motivo, no lo sé, pero siempre ha sido así.

Al pasar tu infancia y adolescencia en un barrio, como en el que yo crecí, vives momentos inesperados donde una simple palabra o un simple gesto, pueden ser detonantes de acontecimientos, digamos que, peligrosos para tu persona. Las decisiones deben tomarse de forma repentina, sin apenas tiempo de reacción y sin poder llegar a razonar cualquiera de los actos o acciones elegidos para resolver el encuentro, dejando en manos del destino el desenlace de estos. Medirlos ha de ser muy preciso, tan preciso como el corte de las navajas a las que te enfrentas. El miedo te paralizara, engarrotara tu cuerpo y entrecortará tu habla, quedando al descubierto ante personajes que buscan exactamente eso, el horror de sus víctimas. Cuando te escuchas, entre balbuceos, las palabras sin sentido e incoherencias que vas soltando, al momento te das cuenta que la estás cagando, estás poniendo en evidencia tu inferioridad ante la situación que se presenta. Tu vulnerabilidad queda reflejada, te sientes solo ante una abrumadora montaña de acontecimientos. No sabes como afrontarlo. Pero de repente, por alguna razón, los planetas se posicionan de tal forma que el cosmos te da un golpe de fortuna llamado "suerte".

Normalmente si puedes contarlo las primeras veces, es gracias a la suerte. Pero con el tiempo estos encuentros fortuitos, con la experiencia, se hacen más llevaderos e incluso en etapas más avanzadas, puedes permitirte el lujo de pegarte alguna vacilada. Nadie enseña como afrontar estas situaciones tan desagradables para el lado que las sufre que a la vez, son tan reconfortantes para el lado que las realiza. ¿Por qué digo reconfortantes? Porqué para estos desechos humanos no hay nada que les provoque más placer que humillar delante de otros de su casta, a sus indefensas víctimas.

En todos los barrios encuentras a estos energúmenos, acosadores a distintos niveles, pero todos con este objetivo. Les gusta que se cree una fama de "peligro" alrededor de ellos, desean por encima de todo liderar el grupo de seres con los que se rodean y en su afán de conseguir superarse, llega el día en que la cagan. Sobrepasan los limites y no les vale con sacarte un bardeo, eso ya está muy visto, hasta el más pringao de ellos se atreve a enseñar la puntita de su mariposa. Necesitan reafirmarse como líderes y eso les lleva a cometer el último acto como seres humanos al perder la poca humanidad que les quedaba.

Ya no hay sitio para ti al convertirte en un despojo de la sociedad. Esto no es Grand Theft Auto donde puedas jugar otra partida después de ver "Game Over", ¿¡qué pensabas!? Elegiste voluntariamente el camino de la perdición de la consciencia razonable. -Tus actos, por fin, hablan por ti, lo has conseguido. Has llegado a lo más alto, no tienes que seguir buscando. Ya es tuyo. Toda una vida de superación ha dado sus frutos y debes sentirte orgulloso de ello, la gente que te rodeará a partir de ahora, te admirará como nunca cuando se deslice la pastilla de jabón de entre tus manos y se pose en el resbaladizo suelo de la ducha. Serás admirado tan a menudo que el centro de atención de lo que te rodea estará en tus posaderas.- Es entonces cuando entenderás lo que a tus inocentes víctimas les pasaba en tus ratos de exhibición ante la pandilla y es a ti al que ahora la "situación" le queda grande. Pero no te preocupes a base de insistir adquieres experiencia y llegará el día en que todo quepa.

Pobre... la cárcel no debe ser un castigo, sino un sitio idóneo donde corregir los errores causados por tu mala conducta. Una especie de confesionario donde pasas un tiempo arrepintiéndote del daño causado y quedas limpio de culpa. Tranquilo saldrás y volverás a ser lo que eras, si es lo que deseas. Te integrarás de nuevo en la sociedad, así es el sistema, bondadoso con el hijo pródigo.

El rollo ese de que las condenas, de alguna manera, sanan por si solas esas mentes enfermas por norma general, es eso, un rollo. Si no hay voluntad de cambio, no hay cambio posible. Incluso habiendo voluntad, el cambio cae tan cuesta arriba, que el camino se hace tremendamente sufrido y es mucho más fácil entregarse a la llanura de lo habitual y cuotidiano. Sé que es un tema muy escabroso y acepto todas la criticas posibles, pero sin arrepentimiento no hay redención.

Cuando iba por los porches y me topé con unos quince macarrillas. La vez que nos asaltaron dos tipos en moto, cuando íbamos con las bicis de montaña. El día que me esperaban cuatro pavos en el lavadero de coches. En el patio del colegio corriendo al ser perseguido por unos tíos que ni siquiera conocía. La noche que nos atracaron, a mi y cinco chavales más, tres pintillas. El incordio del típico abusador en la parada de autobús. Esa famosa mirada a la que se refieren todos con ese "¡Tú que miras!"... y así podríamos seguir un buen rato si tuviera ganas de recorrer los lugares más recónditos de mi cerebro.

Muchas situaciones a resolver con una sola moneda, un solo lanzamiento al aire y dos opciones, cara o cruz. Tu destino está en juego.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Innecesario

He escuchado por ahí y no soy el más indicado para entrar en esto pero, en la era Twitter, en la era de los ciento cuarenta caracteres, no hace falta decir: -Me tengo que comprar un abrigo "de invierno".- No mira, cómpratelo "de verano".

sábado, 13 de diciembre de 2014

Filmoteca

El cine y su consumo es una necesidad básica. La gente necesita evadirse del día a día absorbiendo películas, series y programas de televisión. Es lo más fácil e inmediato, mucho más sencillo que trincarse una botella de Larios. Estás dispuesto a darle a un botón y abrir un portal donde serás tú el protagonista de aquello que te ofrezcan. Sentirás en primera persona cualquier acontecimiento sucedido e irás fusionándote con la pantalla hasta crear un solo ser, que no se atreve a parpadear por miedo a desaparecer de esa ficción, y así, quedarse a merced de la realidad. Es pura magia y tu la haces posible.

Una distracción, simplemente. Desconectar ciento veinte minutos y sufrir, amar, llorar... cambiar tus pensamientos inmersos en la rutina por otros de duración definida. Qué placer evadirse de uno mismo por un rato, ¿no?

La industria cinematográfica lo sabe. Sabe que la mayoría de nosotros estamos recorriendo una vida muy por debajo de la esperada. No estoy diciendo que seamos unos infelices, lo que digo es que las expectativas van quedando cada vez más en la cima y nos hemos acomodado al pie de la montaña, en el campamento base. Su negocio se basa en transformar nuestra ambición y volcarla en un cartón de palomitas. Y doy gracias por ello.

¿Y la televisión? Los mayores estudios de población, pueden medirse a través de las audiencias televisivas. Programas de sobremesa de índole grotesco, son vistos en masa por un determinado grupo de gente. Si alguna mano perversa maneja a su antojo el contenido de estos y anota las reacciones del share, obtendrá una gráfica mediante la cual podamos evaluar el estado psiquiátrico de su audiencia. Llevaría tiempo, pero sería el estudio más preciso jamás hecho con un volumen de población tan grande. Pero que ingenuo soy, si esto ya lo hacen.

La curiosidad nos atrae. Nos gusta ver a personas "como nosotros" aireando su lado más decadente ante el público. Aceptamos al desconocido como parte de nuestra vida poco a poco y confraternizamos con él a sabiendas de la ficticia situación. En algunas ocasiones despreciamos los actos sucedidos y no por eso dejamos de seguir viendo, en una fascinación por lo absurdo, como los personajes entran en una espiral de odio verso sus semejantes. Contra más retorcido, más nos atrapa.

Entre las orillas del cine y la televisión, queda ese recién descubrimiento por el gran público, las series. Una gran historia entregada en pequeños y suculentos fascículos. Estas entregas enganchan a cualquiera. Por mucho que te resistas acabarás cayendo en alguna de ellas. Todo el mundo habla maravillas sobre alguna serie que tu todavía no has visto y eso jode. No puedes entrar en el grupo, estás aislado y acabas chutándote la serie, de la que todo el mundo habla, de lleno en la vena.

No hace tanto tiempo las series no tenían ese gran merito que ahora poseen, jugaban en segunda división. Elementos como la disposición de cientos de series aparte, creo que también es por el nuevo enfoque. Antes al ver una serie, siempre hablando bajo mi punto de vista claro, perecía como si la trama fuera resolviéndose sobre la marcha, como se suele decir, a salto de mata. Los guionistas deberían escribir sobre el mismo rodaje o más bien las productoras no se arriesgaban e iban renovando contratos según el volumen de seguidores. Eso influía en la calidad de los argumentos y en más de una ocasión estos no se relacionaban o daban un giro tan inesperado que ni los propios actores comprendían. Hoy en día parece que esto es diferente y puede ser por dos factores. Uno, las mejores series se conciben con fecha de caducidad, eso mantiene un guión firme del cual no hay que separarse jamás. Está todo pensado con anterioridad o al menos es lo que parece. O dos, puede ser que la industria cinematográfica se haya dado cuenta del filón y haya puesto manos a la obra a sus mejores equipos de producción. La estrategia sigue siendo la misma que hace años, pero sus chicos más valiosos manejan ahora la situación, dejando a sus predecesores como la morralla del gremio. Sea como sea, han dado en el clavo y cada día consiguen más demanda pese a la gran oferta.

A parte de esto, creo que la filmoteca de cada persona habla mucho más de ella que cualquier biografía posible, aunque esta fuera escrita por el mismísimo Miguel de Cervantes. Con el nombre de las diez películas más significativas de tu vida, puedes llegar a desnudarte más que en una terapia de alcohólicos anónimos.

- Hola mi nombre es Pelusa.

- ¡¡Hola Pelusa!!

- Este es un posible Top Ten de mi filmografía: Alien the Eight Passenger, Pulp Fiction, Big Fish, Blow, Irreversible, Dawn of the Dead, Killer Klowns from Outer Space, The Texas Chain Saw, A Clockwork Orange, Terminator 2 Judgment day... y también bebo.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Ignorancia

(Continuación de Ignorante)

¡Cómo te atreves a darme consejos sobre mi existencia! He vivido, vivo y viviré acorde con mis propios actos y consecuencias. Déjame tener problemas ignorando a los ajenos que me rodean, aunque estos sean insignificantes para el prójimo, el mundo o la galaxia. Así soy feliz, incluso dentro de mi infelicidad albergo un bienestar absoluto, puro e infranqueable. Todo encaja dentro de mi razonamiento; la perfección de él recae sobre mi ignorancia, sobre mi decisión de ser un ignorante.

Es mi voluntad y debes respetarla.

¿Eres más de "Ignorante" o de "Ignorancia"?

martes, 9 de diciembre de 2014

Ignorante

De pronto te encuentras quejándote de que el radiador de la habitación no funciona, el resto de la calefacción general de la casa va como un reloj, pero justo el de la habitación se acaba de estropear y el hábitat del lugar parece el idóneo para algún animal polar.

Te mosqueas, es lo normal. Ahora vuelve a pensar. ¿Es normal mosquearse por tal insignificante accidente? Abre tu campo de visión. Te quejas por tener la temperatura un poco más baja a la de confort. En unos minutos, al meterte en la cama, la calidez de tu edredón de plumas de oca acariciará tu piel suavemente. No pasarás frío, no morirás de hipotermia, no se te congelaran los dedos de los pies ni se gangrenarán teniendo que amputarlos, puedes estar tranquilo/a.

Cientos de estúpidos problemas te rodean diariamente y hacen de tu existencia un amargo camino, aunque solo sea un instante, tu vida cae en una espiral de dolor superfluo.

Ignorante sí, porqué ignoras el resto del mundo, ignoras los verdaderos problemas que perturban a la humanidad. No te das cuenta que a tu lado existe un infierno real, del cual una desafortunada gente no se verá acariciada por ningún plumón jamás.

(Continúa el 4/12/2014 - Ignorancia)

sábado, 6 de diciembre de 2014

Intermediarios

Siempre me he sentido orgulloso de mi trabajo. Es muy gratificante, pese a la dificultad del mismo, que un individuo semejante a ti te traspase un problema que por él mismo no puede solucionar. No hay trucos, ni herramientas extrañas, solo la habilidad de tu propio ser marca la diferencia entre vosotros. Con los mismos factores, bajo las mismas circunstancias, eres capaz de reparar algo que a priori era irreparable para tu contratista.

Pensar esto, en ciertas ocasiones, puede servir para que te tachen de soberbio o prepotente, aún siendo la persona más humilde del mundo.

Este razonamiento no quiere decir que lo sepas todo, tu conocimiento se basa en la experiencia, aquí no sirven las explicaciones encontradas en libros de biblioteca. Siempre habrá alguien que pueda enseñarte, simplemente porque el ya ha pasado por eso antes y ya tiene experiencia en lo sucedido. Esa es la base del conocimiento mecánico, absorber este mediante la práctica del mismo. Hay una frase que los Mecánicos más curtidos suelen repetir que resume toda esta explicación: "Cortando cojones, se aprende a capar" ¡Qué gran frase!

No se si todo el mundo puede sentirse igual de orgulloso con su trabajo. Fíjate en los Consignatarios. Son sanguijuelas a las que acuden los mercantes que vienen a descargar o cargar su producto a puerto. Si los buques requieren cualquier cosa, desde una reparación, a un suministro, llaman a estos chupa sangre que vacían hasta la última gota de sus víctimas flotantes y encuentran lo que necesitan. Son parásitos en busca de nuevos huéspedes. Se llevan la mayor parte de la tajada simplemente por levantar un teléfono y trasladar el problema a otros. Tú a ellos les cobrarás el precio razonable por el trabajo realizado cuando te contraten, y no te preocupes que ellos harán pagar por "sus servicios", un precio desorbitado; y por desorbitado me refiero a vergonzoso.

Hay un par de experiencias que me gusta recordar. Una de ellas fue cuando nos contrató uno de estos pájaros, para realizar una modificación en un plato de unión, de un reductor, en un mercante. Por lo visto el acoplamiento del reductor había venido mal de fábrica, los alojamientos de los bulones que daban el arrastre al sistema de transmisión eran pequeños. Debían ser de treinta y dos milímetros y los habían mecanizado a treinta. Era un viernes por la tarde y el barco desembarcaba el domingo a las dieciséis horas. Toda una faena a contrarreloj. El sábado construimos un útil donde acoplar un "taladro", accionado por sistema neumático, que a su vez se acoplaba a la pieza a mecanizar. Debía ser neumático porqué era un gasero y no puede ir nada conectado a corriente alterna. Hasta los farolillos de iluminación, de las pasarelas exteriores del buque, son de corriente continua y están debidamente protegidas bajo una cúpula de cristal opaco. Volviendo a la pieza, el plato de unión media aproximadamente metro y medio de diámetro. Debería tener unos veinticinco taladros, que alojaban los bulones, a mandrinar los dos milímetros. El trabajo de construcción nos tubo entretenidos todo el largo sábado, así que no había más remedio que realizar la reparación en el mismo gasero con destino a Escombreras, Cartagena. Así lo hicimos, embarcamos el domingo y con algún contratiempo, solucionamos el trabajo un par de horas antes de llegar a puerto.

En estos mercantes siempre aparecen los mismos personajes. El Capitán, un tipo Griego con bigote frondoso y negro que luce una buena barriga bajo su camisa blanca bien ajustada. El Jefe de Máquinas, conocido como "Chief Engineer", de Dinamarca, es larguirucho y delgado, la vestimenta siempre es un mono de trabajo pero limpio e inmaculado. Suele ser el más excéntrico y raro de todos los tripulantes y al que debemos dirigirnos en todo momento. Y por último los Filipinos, que decir de los Filipinos; unos seres pequeños con mono rojo, haciendo de sus equipos de protección individual una extensión de su cuerpo. Siempre ha existido el rumor de que hay que andarse con cuidado al tratar con estos tripulantes. ¿Quieres un consejo?, no te quedes mucho tiempo solo con ellos.

La faena fue un éxito. Habían comprado unos billetes de avión para la vuelta. El equipaje personal era ligero. Las herramientas empleadas iban bien almacenadas dentro de un arcón, que serían enviadas por transporte urgente en cualquier compañía de paquetería. Los calibres, pies de rey, micrómetros, alexómetros, calas, relojes comparadores... toda la metrología, la tenía yo a buen recaudo en una mochila que empleaba para estas ocasiones. No le di mayor importancia, estos instrumentos de medición lo eran todo en mi trabajo, no iba a dejar que nadie me alejara de ellos y menos enviarlos por mensajería, a saber como los tratarían. Se venían siempre conmigo, hasta que llego la hora de pasar el control del aeropuerto. Cuando vi en el escáner la imagen de la mochila... ¡Joder parecían armas futuristas! Empezaron a aparecer Guardias Civiles y Vigilantes privados por todos lados. Me agarraron del brazo y me llevaron a un cuartito donde solo había una mesa larga y blanca. Sacaron todos los calibres y los expusieron allí encima como en una ferretería. Me machacaron a preguntas, a las cuales solo respondía asombrado que eran mis herramientas, que era mecánico. Quizás no me daba cuenta de que aquellos objetos para mi tan comunes, a ojos de un Guardia Civil de Murcia eran poderosas armas  punzantes desconocidas. No lograba convencerlos, no me creían. Entonces uno de ellos cogió un pie de rey, el de trescientos. Un Mitutoyo de reloj, de dos centésimas de precisión; un gran y preciso instrumento. Mientras lo trasteaba entre sus manos, me preguntaba como se empleaba. Yo a duras penas le podía hacer entender el funcionamiento de tan sencilla herramienta, cuando consiguió abrirlo y apareció la cola para medir profundidades. Se quedaron todos atónitos al ver que aquella arma metálica acababa de enseñar un pincho de más de palmo y medio. El ambiente paso a ser hostil y a violentarse. Cuando los ánimos no podían estar más caldeados, entró mi compañero acompañado de un vigilante de seguridad privada, que llevaba un buen rato siguiendo mi pista. Entre los dos logramos convencer a todos aquellos ignorantes de la precisión mecánica y llegamos a tiempo de embarcar. Eso sí, me salió el tiro por la culata, la mochila con toda la metrología se tubo que facturar y a saber que trato le dieron esos mochileros cabrones.

Al día siguiente, nos enfrentábamos a otra gloriosa jornada laboral. Fue entonces cuando apareció la noticia. El reductor que habíamos reparado en aquel gasero, resulta que había descansado toda la semana anterior en un almacén a pocos minutos del taller donde trabajábamos. Ya tenían constancia del trabajo a realizar, mucho antes de esa llamada fortuita el viernes por la tarde. Una faena fácil, de apenas ocho horas, se convirtió en una odisea de tres días. Todo por inflar la factura, todo porque esos parásitos gordos y rebosantes de avaricia necesitaban saciar su sed exagerada de fortuna.

El negocio de los intermediarios... si no hubiera sido por ellos, no tendría la experiencia.

miércoles, 3 de diciembre de 2014