martes, 3 de marzo de 2015

Desesperación

Todos hemos visto, escuchado o leído, la típica escena en que a un tipo se le resbala una viscosa pastilla de jabón de entre sus manos mientras está en unas duchas comunitarias y al agacharse a recogerla, deja al descubierto su más preciado orificio, invitando a ser profanado por otro compañero de higienización corporal. Hago una corta mención de ello en "Macarrillas de cartón" para que te hagas una idea, aunque no te hará falta.

Ayer en el gimnasio la persona que se encontraba a mi lado mientras me daba una fresca y reconfortante ducha, utilizaba uno de estos resbaladizos y compactados jabones. Quizás es la primera vez que veo a alguien utilizando tal peligroso instrumento. Claro, no he podido evitar pensar en la situación anteriormente mencionada cuando de pronto, ese acontecimiento ficticio se convierte en realidad. Fue entonces cuando lo vi. -¡Dios mío, arráncame los ojos!- Sí, vi ese nicho oscuro, vacío y peludo... -Joder, no puedes agacharte de otra forma; dobla tus rodillas y evita estirar los femorales. Nadie quiere hacer espeleología en semejante cueva respingona.-

Poco después de tal suceso, de vuelta al trabajo, comprendí la desesperación de aquel que puede llegar a reverenciar una posadera inmunda por falta de contacto carnal.

-Jamás volveré a ser el mismo.-

2 comentarios:

  1. pufff XD Siento una profunda lástima por ti, es cierto que el trauma puede durar para toda la vida, y lleva cuidado con que no desencadene en enfermedad mental y comiences a ver la misma imagen en cada cosa que mires hahahah, ha estado genial. Un saludo :)

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    1. Jejejeje, todavía lo veo cuando cierro los ojos...

      Muchas gracias, ¡un saludo!

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