martes, 3 de febrero de 2015

Crisis

En el trabajo, cuando andas buscando un reloj para referenciar el tiempo con la tarea ha ejecutar, te das cuenta del cambio. Ya no piensas como en aquellos días, donde el desborde de faena colapsaba tu sentido temporal de tal forma que siempre pensabas: -¿¡Ya son las cinco!?- Ahora al observar el reloj colgante de la pared es inevitable exclamar la pregunta: -¿¡Todavía son las cinco!?-

Esta transformación de la noción del tiempo, es la raíz más profunda de la cual nacen todas nuestras inquietudes cotidianas.

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