sábado, 7 de febrero de 2015

Detrás del escenario

Todo empieza con una llamada telefónica normalmente producida por algún componente del grupo y más concretamente por su líder, que suele ser el cantante y voz de la banda en todos los aspectos. La noticia es recibida con alegría y entusiasmo un día cualquiera de ensayo, sobre las diez de la noche que es la única hora en la que todos podemos abrir un hueco y así, formar parte de ese gran proyecto musical. Sin embargo pocos instantes después de esos sentimientos eufóricos vienen unos más, como lo diría, críticos. Yo siempre era uno de los que encabezaba estos, y me surgían un sinfín de preguntas: -¿Hay equipo fijo instalado en la sala? ¿Qué me dices de la batería, tienen ya una o tengo que llevar la mía? ¿La acústica qué? ¿Y como vamos de espacio para los cinco? ¿Cuanta peña cabe? ¿Incluyen la cena? ¿Venden entradas, vamos a precio cerrado o a tanto por ciento de la barra?...- Machacaba con todas las preguntas posibles y nunca me daba por satisfecho, siempre encontraba alguna cosa con la que no me quedaba especialmente cómodo. Por otra parte otros miembros de la banda nunca se cuestionaban nada, todo era perfecto a sus ojos de guitarristas. En cierta manera envidiaba y envidio, a aquellos que tocarían en cualquier escenario incluso gratis. Esa es la esencia del puro Rock'N'Roll y los cabrones que montan conciertos lo saben y sacan buen provecho de ello.

En estos debates pre-ensayo, a veces bastante agresivos, siempre apuntaba alguien: -El otro día actuó un chaval en la sala aquella donde estuvimos el mes pasado. El tío iba solo con una guitarra acústica y recitaba poemas... ahí solo con su guitarra, un atril, el micro y un botellín de agua. Estuvo unos tres cuartos de hora y, ¿a que no sabéis cuanto le soltaron? -¿Cuanto?- Preguntábamos sobresaltados. -Cuatrocientos pavos.- Se volvía a confirmar que cuando eliges el camino del Rock, quedas al amparo de las situaciones más desfavorecidas y a sabiendas asumes, que la tomadura de pelo es un tema más a tocar encima del escenario. -Tocáis Rock'N'Roll por lo que he escuchado en vuestra maqueta. No está mal, camináis muy bien, tiene mucha fuerza. Cuando queráis concretamos una fecha y venís a tocar... con las consumiciones gratis, por supuesto. -Vete a tomar por culo.- Eso es lo que ahora les diría.

Quedaba claro, la decisión estaba tomada con anterioridad a la exposición, ya se lo había confirmado en la misma llamada; se apoyaba la moción por mayoría absolutísima, por más vueltas que le diéramos. -Para algo tenemos un grupo, para tocar.- Y se acaba ahí.

La segunda fase está en conformar el "Set List". Descartar algunos temas, incluir aquel tema que estaba todavía tierno pero que con ansia conseguiría madurar a tiempo para abrir el bolo, discutir los posibles comentarios entre canciones, el bloque de los temas más cañeros, el de las lentas, los bises... El preparativo era de lo más entretenido y a mi lo que más me atraía era el cambio en el orden de las canciones. -¡Un nuevo orden es aire fresco que rellenan mis toms!- Ese simple hecho de modificar el repertorio y tener una pauta nueva en la cual trabajar el mes que quedaba para la actuación, me daba vida suficiente para afrontar los cansados ensayos, que rara vez acababan antes de medianoche.

Todo está preparado, dos intensivas horas, dos días a la semana, han dado sus frutos, pero aún así la última semana se decide añadir un tercer día, para reforzar nuestras sensaciones, básicamente.

Llega el día, a las veintitrés horas empieza el concierto, eso pone en el cartel pero de todos es sabido que será poco antes de las doce cuando suene el primer rasgueo de guitarras. Nosotros empezábamos nuestra musical maratón sobre las cuatro. -A cargar los coches muchachos.- Aquí viene cuando por un instante pienso porqué "Dios" me ha dado esta habilidad en mis muñecas y no me la ha dado en mis cuerdas vocales. -¡Joder, el cantante coge su cable, su Shure SM58 y ya está!- Normalmente por muy hecho polvo que estuviera el sitio donde íbamos a tocar siempre disponía de equipo de voces, así que el vocalista en el bolsillo de su chaqueta tejana, llevaba todo lo necesario para que su voz sonara por encima del resto. Yo por otro lado, debía desmontar pieza a pieza todos los soportes y reclutarlos en una funda, que una vez cargada alguno de mis compañeros y yo, a duras penas podíamos arrastrar hasta el coche. Los platos se recogían todos bien clasificados por tamaños en un mismo paquete bien acolchado. La caja, los toms, el goliat y el bombo se enfundaban con el debido respeto y por separado. Por último me colgaba sobre el hombro decenas de baquetas Vic Firth 8D y miles de utillajes a la espalda en una mochila "tope" profesional que no se separaba de mi en ningún momento. De mientras los amplis se aglomeraban en la entrada del local, esperando a ser transportados por alguno de nuestros vehículos. -¿¡Habéis cerrado!?- Esto es lo último que se escucha antes de emprender el viaje.

Alguna vez el trayecto hacia el espectáculo, era un poco temerario. Si al bajista, que era el que tenía el coche más grande y mi fiel compañero de carga, no podía compartir algunos de mis objetos más abultantes, los debía embutir en un Seat Ibiza tres puertas. No sé como coño lograba meter todo eso en ese diminuto utilitario. El hecho es que no veía nada por el retrovisor, los platos me pasaban por encima de la cabeza a cada frenada, el bombo me empujaba el asiento contra el parabrisas, mis copilotos formados por una torre de tambores se desmontaban a cada giro de volante, la mochila de baquetas y accesorios no paraba de enredarse en el cambio de marchas y de mientras, mi mano derecha mantenía firme un peta de hierba bien liado. Toda esta situación, bien aliñada con la cinta de los Ramones a todo volumen, hacia aún más especial ese gran día. Como siempre conseguiamos llegar sin ningún tipo de problema y lo que es más extraño aun, a tiempo.

Una vez descargado el material en el suelo del garito... -¿Gerard, te vas a poner ahí? -Sí, aquí. -Vale, me pongo a tu derecha. ¿El ampli te va bien aquí, o molesta la jirafa del ride? -A ver... no, no ya esta bien... Gíralo hacía mi un poco para que te escuche más.- El amor entre bajistas y baterías... Soy un maniático de las distancias e inclinaciones que debe tener mi set de batería. Las alturas y posiciones debían estar medidas a la centésima, sino, tocaría incomodo toda la noche. Así que el montaje era bastante laborioso por ser tan meticuloso. Después de un buen rato de comprobaciones y algún que otro redoble, tocaban las pruebas. -Bombo. -Pumb, Pumb, Pumb, Pumb... -Caja. -Pah, Pah, Pah, Pah... -Charles. -Tsh, Tsh, Tsh, Tsh... -Vale toca un poco todo.- Decía el técnico, y bueno tocaba un poco el resto de mi batería. Normalmente elegía un ritmillo "Funky", de esos limpios que hacen balancearte aunque te resistas. Acto seguido probaba el bajista sin mayor problema. -¿Qué tocaba el bajo?- No lo sé, algún tema de la banda supongo; lo que si recuerdo es haber mantenido alguna conversación, precisamente de esa situación con él y haber surgido el comentario de: -Tengo que buscar un ritmillo para cuando me digan lo de probar el bajo.- Una vez terminadas las pruebas de bajo y batería nos hacían tocar algo juntos. Una vez más superábamos la prueba con éxito. -Yo te escucho a ti, tu me escuchas a mi, volúmenes correctos, todo correcto. -Pues las guitarras.- Aquí venía el caos. -La distorsión está un poco descompensada con el sonido limpio. El pedal que uso en el solo, se acopla. Espera que el cable está chungo. Estoy desafinado. No me escucho, pásame solo mi guitarra por el monitor. Todavía escucho más a él. Bueno, vale ya está bien...- Decían resignados los adorables guitarras. El cantante hasta el momento ha esperado junto al técnico y ha ido mostrando su pulgar bien erecto confirmando que el sonido es de puta madre. -Ya puedes subir a hacer las pruebas de voces. -Ung, Ung, Ung. Tdos, Tdos, Tdos. Tressh, Tressh, Tressh. -Ok, tocar un tema a ver que tal.- Ese tema de prueba, acababa convirtiéndose en cuatro o cinco temas que servían para pulir algún golpe o alguna historia de último momento. Hasta ahí todo correcto, sonido guay, buenas sensaciones, espacio cómodo, muy bien todo. -Bueno, podéis ir a cenar a ese restaurante, os están esperando. Decir que sois del grupo que va actuar esta noche y ya está. -A cenar pues. -¡Hasta ahora!-

(Continúa el 14/02/2015 - Detrás en la fundición)

2 comentarios: