sábado, 9 de mayo de 2015

Raro, soy

Todo el que me conoce me cataloga con un adjetivo común entre los que lo hacen. En algún momento, en alguna conversación ha surgido esa denominación, todos coinciden al decir: -Pero mira que eres raro, eh.- Me califican de raro una y otra vez, como si se hubieran puesto de acuerdo formando parte de un enrevesado complot Judeo-Masónico. Cierto es que no les falta razón.

Así sobre la marcha, he mirado el significado de raro y ni os habéis dado cuenta, esa es la magia del "escritor". Me dice que es un adjetivo, bueno eso ya lo sabía, a continuación la primera definición describe raro como: poco común o frecuente, y encuentro otra la cual leo: escaso en su clase o especie. Si nos ceñimos a la primera, debería ser todo raro bajo mi punto de vista porque el resto suele andar a la contra de mi dirección. -Sí pero, ¿qué es común? -Los actos de la mayoría.- Claro, hay que mirar siempre la mayoría. Mi teoría recién nacida no vale. Este mundo se rige por pensamientos, más o menos, globales y todo lo que salga al margen es extraño. Definitivamente sí soy raro; como la mayoría de las personas que bien me conocen opinan que soy raro, es que debo serlo. Las masas mandan y eso es innegable. -Entonces, ¿qué es lo que me hace ser escaso en mi clase o especie?-

Normalmente el punto álgido de mi rareza, el que más sorprende y causa más estupor, viene al tocar temas relacionados con razones sociales. No soy sociable, y aun diría más, no me gusta el contacto humano, me incomoda. Para mi es un lastre llegar a entablar amistad con alguien, por eso huyo de todo contacto posible y no dejo que nada ni nadie disturbe mi tiempo. De eso trata todo, de mi afán egoísta. Si algo puede entorpecer mi rutina bien planificada, lo rechazo. Las amistades te piden cosas, te llaman un domingo a las cinco de la tarde, tienes que hablar con ellos aunque no tengas nada que decir... yo paso de toda esa indumentaria barata, solo me interesa mi propia comodidad.

Mi último ejemplo flagrante de mi rareza egoísta y antisocial, fue cuando mi querida hermana el viernes pasado, día uno de mayo, me propuso ser padrino del hijo que lleva en su vientre, mi sobrino; exactamente dijo: -Tete, ¿vols ser padrí del Luca?- (No hace falta que os lo traduzca, creo) A lo que conteste de inmediato: -No.- Joder, fue un acto reflejo. -Responsabilidad, marrones, movidas legales, preocupaciones extra, un percal de la hostia... ¡Miedo! No estoy preparado para esa carga.- Claro, mi hermana me conoce bien, sabía que la negación era una respuesta probable, pero dentro de su corazón rebosante de amor de hermana, el deseo de una afirmación por mi parte le nubló la mente y al oír mi respuesta un sentimiento de tristeza le invadió el cuerpo contaminando hasta el mismo retoño que descansa en su barriga. Podéis imaginar la cara que pusieron todos; sí, estaba la familia al completo delante con un solo pensamiento invadiendo sus mentes alucinadas: -Es el Gerard.- Pensaron al unísono. A los pocos segundos reaccioné, y entre alguna que otra amable abucharada, pude recapacitar. Intenté, huidizo de mi, deformar la situación buscando la manera de darle la vuelta escusandome en el imprevisto, pero había demasiada gente y acabaron pillándome. -Joder, me lo has dicho del tirón, a traición, como una puñalada trapera por la espalda. ¡No me lo esperaba!- Afirmé. Normalmente estas situaciones sociales, a las cuales no estoy acostumbrado, me las resuelve previamente mi estimada mujer. Es ella quien me guía y me ensaña el camino teórico a seguir. Pero en esta ocasión ninguno de los dos nos lo esperábamos y no pudo prepararme. -Hombre leyendo esto último, la culpa realmente fue de mi mujer.- Ya me lo imaginaba...

Seguíamos bajo el sol abrumador y sin más, caí en la cuenta... lo de ser padrino ya viene implícito desde el día que mi hermana y su marido decidieron tener un hijo. Me da igual ser o no padrino, mi sobrino recibirá lo mismo. No preciso de ningún rango para dar todo mi cariño a un niño que será lo más parecido a un hijo que tenga nunca. Lo querré como lo que es, el hijo de mi hermana y mi cuñado, y de momento puedo asegurar que ese amor será parecido al que le tengo a ella, pero sospecho que puede verse superado cuando de aquí a dos meses nazca.

-Me gusta ser poco común o frecuente y escaso en mi clase o especie, y lo que más me gusta, es que Luca también lo será.-

10 comentarios:

  1. Molt be, Gerard. Jo pense que tampoc hi ha que buscar-li tres peus al gat i que tens raó en això de esser raro o convencional, a més, crec que hi eres un privilegiat, perque moltes vegades, la resta de gent pot considerar que hi ha que fer cas de la majoria, la cual cosa també podria ser esclavitzadora.
    Estic segura que seràs un gran tio per al teu nebot.

    (Muy bien, Gerard, Yo pienso que tampoco hay que buscarle tres pies al gato y que tienes razón con lo de ser raro o convencional, además, creo que eres un privilegiado porque, muchas veces, los demás pueden considerar que hay que hacer caso de la mayoría, lo cual también puede resultar esclavizador.
    Estoy segura de que serás un gran tío para tu sobrino).

    Salutacions, amic - saludos, amigo

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    1. Sí, jo hem sento un privilegiat per com penso i actuo; sempre m'he sentit còmode anant a contracorrent, és el meu hàbitat.

      No sé si seré un bon padrí pel meu fillol, el que si sé es que sempre hem tindrà si ho necessita.

      Gràcies per la lectura, per compartir-la i pel comentari. Salutacions.


      (Sí, me siento un privilegiado por como pienso y actúo; siempre me he notado cómodo yendo a contracorriente, ese es mi hábitat.

      No sé si seré un buen padrino para mi ahijado, lo que sí sé es que siempre me tendrá ahí cuando me necesite.

      Gracias por tu lectura, por compartirla y por el comentario. Saludos.)

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  2. Que suerte tendrá el Luca, ¡¡Tete Padrí!!

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  3. Gerard, cuando te llamen raro, diles que lo que eres es único y especial y no uno más del montón o de rebaño de borregos jeje.
    Ah, enhorabuena por el futuro sobrinillo.
    Besos

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  4. Ser raro no es algo malo. Es más, creo que todos tenemos algo de raros en nuestro interior. Eso es lo divertido. Un abrazo y enhorabuena por tu sobri. Un abrazo.

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    1. Muy agradecido María.

      Cierto es que las diferencias crean el aliciente en la vida; ¿que sería de ella si transcurriera por la aburrida monotonía?

      Saludos y un enorme abrazo.

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