En varias ocasiones hablo de citas que alguien en algún momento de su vida creyó debido explicarme. Esta ocasión no será distinta. Cierto día un profesor de lengua, que a su vez era profesor de ciencias, creo, me comento algo como si fuera un Nostradamus moderno capaz de predecir un futuro no muy lejano, pero del todo incierto. Este característico profesor dijo: -En un futuro no será importante memorizar información, lo realmente importante será saber encontrarla.- Supongo que se refería a algo relacionado con estudiar, los exámenes o el colegio en general. Al paso de los años, no sé porqué, he retenido estas palabras en mi mente por alguna razón, hasta que me di cuenta de que este hombre fue un visionario de la era moderna.
¿Quién quiere aprenderse la cadena de aminoácidos de una proteína, si Google te da más de un millón de respuestas en menos de un segundo?

¿Dónde han quedado estas sensaciones? La espera a tener físicamente ese disco en tus manos, pasarle la esponja, colocarlo en el tocadiscos, escuchar esos parásitos del principio y disfrutar de las melodías tan deseadas. ¿Dónde queda la emoción de la espera? ¿Dónde están esos nervios previos a lo desconocido?
Creo que se escapa algo, no puede ser lo mismo. -¿Cuándo saca el siguiente disco esta peña? -Ya está en Spotify.- Ni te has enterado. Es tal el flujo de información que las pequeñas cosas esenciales pasan desapercibidas a cada momento.
Yo digo que cambiaría ahora mismo la facilidad de saber en que proteínas se encuentra la Glutamina, por volver a notar algunas de esas sensaciones que parecen tan añejas.
Volviendo a mi pluriempleado profesor, él vaticinó todo este rollo de encontrar la información creyendo que era algo bueno, algo positivo, que había dado en el clavo de un futuro próspero. Solo espero que recuerde el día que decidió expresar lo que pensaba y se de cuenta de que ese futuro, no es tan perfecto como predecía.
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